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Un mes y la “gente de bien” ya gana la calle

Producto de las políticas del gobierno de Milei y de Juntos por el Cambio

 


A un mes de la llegada de Javier Milei y Juntos por el Cambio al gobierno nacional, la reacción de la “gente de bien” no se hizo esperar. Ganó las calles objetando y repudiando tanto el DNU como un fárrago de Leyes (ómnibus) que, de un modo directo o indirecto, dañará seriamente la vida de millones de personas: ya lo esta haciendo: 25,5% de inflación. De aprobarse tan sólo parte de estas políticas que quieren implementar, la vida del ciudadano de a pie ya no será la misma. Se verá alterada y para mal. Sólo se verán beneficiadas las tradicionales “castas dominantes” .

 

Intuyendo, rescatando parte de la historia reciente, yendo a la memoria colectiva, fue que el ciudadano de a pie se movilizó para oponerse a semejante arremetida que intenta instrumentar quien actúa como gerente de grandes corporaciones económico-financieras.

 

Milei, queda claro, llegó al gobierno desprovisto de agenda y programa político. Aterrizó, voto mediante, portando, como si fuera un profeta, mensajes del cielo, falsas promesas y el relato de que en 35 años el país será poco más que un oasis en el desierto. Atrás quedará, dice, una inflación del 15.000% sólo imaginada por estos nuevos moradores de la Casa Rosada. Lo preocupante, llamativo, es que hay un alto porcentaje de seres que de verdad se creen semejante relato y tantos más. Es en este punto donde las palabras del Papa, o la historia, recuerdan a los falsos profetas o portadores de mensajes engañosos a una población legítimamente cansada de tantas dilaciones y promesas incumplidas. Desgraciadamente, Milei, en alianza con Juntos por el Cambio -el que aportó el DNU y la Ley ómnibus- atendiendo los intereses de las grandes corporaciones, tomó el peor de los camino.

 

Un camino en el que, por lo visto, la gente de bien, la  población en su conjunto, incluidos empresarios nacionales (PyMes en particular  y comerciantes) comienzan a observar que la destrucción está a la vuelta de la esquina.

 

“Esta ya la padecimos, oh casualidad, con varios gobiernos del mismo tinte que el actual”, comentaba ante Lo Nuestro un empresario PyMe de Munro, Ricardo García, para agregar que la última fue con Macri. Para evitar el cierre de su empresa, además de liquidar bienes, se vio en la necesidad de despedir y suprimir horas extras.

 

En otro extremo, Patricia -empleada de una reconocida marca de ropa de mujer de Martínez- con lágrimas en los ojos confiaba que la acababan de despedir debido “al nuevo contexto social”.


Por su parte, Antonio Carabio, Germán Cárrega, Liliana Dorivec, Fernando Gañete "Topo" Blasco, Aníbal Arroyo, Mónica Lames y José "Pepe" Armaleo, abogados e integrantes todos del Grupo Escobar, una suerte de usina de pensamiento político, confian que "finalmente, la inteligencia popular e instinto de supervivencia hará que estas locuras políticas más temprano que tarde se topen con el imperativo de la realidad".

 

Testimonios similares pueden replicarse por doquier con sólo salir a testear, por caso, lo que sucede en distintas asambleas barriales. En este caso, la realizada en la Quinta de Olivos, donde la gente suele ir en busca de aquella antigua Ágora dónde el pueblo se expresaba y reclamaba ante las autoridades. Lo propio sucedía en Francia al momento de la toma de la Bastilla, o en el orden nacional el 17 de Octubre de 1945. O más cercano en el tiempo, en el 2001; muertos y huida en helicópetro por medio. El hilo conductor, en todos los casos, es el mismo: gobiernos que no escuchan el reclamo, sólo atienden el clamor de las leyes del mercado o de la fuerza del cielo.

Si por el momento la bronca es el combustible que alimenta las asambleas y manifestaciones, seguramente, cuando la organización política y una camada de nuevos dirigentes -de todas las edades- asome en el horizonte inmediato, la recuperación de valores institucionales y democráticos junto al respeto y tolerancia volverán a imperar. En el mientras tanto, el gobierno continuará con su impronta de pensamiento único y "es esto o el caos". Y el pueblo, como aquellos ríos que bajan de las monañas de manera torpe y llevándose puesto todo lo que encuentran en el camino, finalmente desembocarán prolijamente en el ancho mar donde verán un nuevo amanecer. De ahí la importancia de organizar la bronca.



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