Lo peor llegó y los hermanos Milei no saben o no quieren sacar al país del pozo
- Editorial Tobel
- 22 sept
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Dólar en disparada, inflación en alza, economías regionales destruidas y cerrando las puertas, no ingresan o más bien se fugan dólares, caída de consumo y capacidad industrial instalada por debajo del 2023, salarios perdiendo ante la inflación y precios de góndolas recalentados.

El país está en recesión social y económica. E institucional: no hay conducción y mucho menos reacción política frente a la crisis. Una crisis que muchos interpretan proviene del fundamentalismo ideológico y mesiánico que, sumado a un marcado sesgo de perversidad que profesa el autoritario primer mandatario, puso al país en crisis. En tanto, economistas de todos los sectores coinciden en que el punto en cuestión es el modelo que regentea al gobierno de La Libertad Avanza junto a sus socios -por ahora- del PRO y la UCR. La especulación financiera prevalece sobre un modelo de producción y desarrollo nacional.
El ciudadano de a pie, el que produce y trabaja, el que investiga y educa y cura, no llega a fin de mes. Tal es la crisis que en farmacias de zonas residenciales de alto poder adquisitivo, por caso La Lucila, la gente no compra los medicamentos que su humanidad -médico mediante- le exige. “Vienen con la receta en mano y cuando ven los precios te piden que les saque algunos”, comentó ante Lo Nuestro el veterano farmacéutico para agregar: “antes las obras sociales, o el PAMI especialmente, te cubrían todo, ahora no”. A esto se suman tarifazos, aumentos de naftas, salarios y haberes jubilatorios corriendo detrás de la inflación y una devaluación encubierta del dólar (cerca del 16%) que se traslada a los precios en las góndolas.
A diferencia de otras crisis generadas por la utilización de las mismas y fracasadas recetas neoliberales, el gobierno nacional le añadió la eliminación de la obra pública y apertura indiscriminada de importaciones dañando Pymes y economías regionales. Y, algo nunca antes vivido en tiempos democráticos: crueldad y perversidad por parte del gobierno. Un gobierno que no alienta el diálogo.
En este sentido, vale recordar que la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) del Hospital Garrahan dio a conocer que en el balance financiero del año 2024 figura la conformación de un FCI en el Banco Nación, que con los intereses sumaba más de 44 mil millones de pesos al 31 de diciembre pasado. "Son estos funcionarios que nos dicen que no hay plata, que somos ñoquis", denunció la secretaria general de la APyT, Norma Lezama, que indicó que la suma invertida en la timba financiera equivale a un cuarto del presupuesto del hospital. Es decir, timbean, ponen en el circuito especulativo el dinero que debe ir a sostener el cuidado de la salud de los niños.

Otro sesgo de la crisis se manifiesta a través de un informe sobre bancos. Al respecto, el Banco Central (BCRA) dio a conocer este viernes que el ratio de irregularidad en los préstamos a familias escaló al 5,7%, el valor más alto desde que la autoridad monetaria comenzó la serie, en enero de 2010. En junio la cifra había sido del 5,1%.
Además, las dos líneas que resaltan entre las de mayor morosidad son las de préstamos personales y tarjetas de crédito. En el primer caso, el porcentaje pasó del 6,5% al 7,3%, mientras que en el segundo se verificó un aumento desde el 4,9% al 5,3%.
Por otra parte, datos del Indec, de la UIA, de la Asociación Industriales Pymes Argentinos, CGT, CTA, Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Federación Agraria, Coninagro, por citar algunas entidades, coindicen en el diagnóstico: así las cosas, no va más. La caída del consumo no logra superar al del 2023. La capacidad industrial instalada se ubica en el 58,2%. Cerca de 15.000 Pymes y 16.000 comercios barriales debieron cerrar a raíz del modelo especulativo que deja sin dinero a la gente.
La inflación mayorista superó el 3% en agosto. Milei decía en 2024: “a mediados del año que viene la inflación será un mal recuerdo”. También vociferaba que el dólar se iba " a caer como un piano de un decimo piso", estaría 600 pesos, dijo. En estos momentos supera los $1500. Nada de eso sucedió. Es bruto, cruel y perverso.
En Mendoza, donde la ultraderecha radical es gobierno provincial, la crisis aterrizó en cada rincón del territorio. Algunos memoriosos dicen que se parece a la década del 70, otros un poco más jóvenes recuerdan los 90. Los más jóvenes lo están viviendo por primera vez: el cierre de fábricas en San Rafael ya suma 5 empresas en los últimos meses y unos 70 sanrafaelinos sin trabajo. Entre las causantes de esta situación: apertura de importaciones (traer productos de afuera sale hasta un 50% más barato) y un mercado interno alicaído, combo letal. No por casualidad, empresas como ARCOR registran balance negativo. No es la única de semejante magnitud.
En Mendoza, la primera “alerta” ocurrió con el caso de la Ex Canale de Real del Padre. La planta de AVA cerró en julio de 2024, luego de 80 años de historia y dejando 38 personas desocupadas.
Mientras esto sucede, el presidente y el ministro de economía (Luis Caputo) continúan subsidiando la compra de dólares baratos para un puñado de bancos y sectores financieros. Queman billetes verdes del Banco Central como quien se ve corrido por el “enemigo” -la terquedad de ellos mismos- ante una población que cada día pierde ingresos y calidad de vida.
El modelo es un fracaso y el gobierno no encuentra la salida. A esto se añade que el círculo rojo, el poder real, al igual que gobernadores y dirigentes que hasta ayer nomás avalaron el esquema, hoy le quitaron el banquito. El empleado del mes no sabe, o no quiere, salir del pozo en el cual se metió porque el modelo que profesa está pensado para gente con alto poder adquisitivo.












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