Del COVID 19 se puede salir; ¿y de la pandemia amarilla?
Noticias falsas, de ayer y hoy, que persisten en el afán de hacer daño a la población.
Foto archivo: El relato del agua potable y red cloacal que llegaría a cada rincón del conurbano termino siendo una de las tanta mentiras
Por. Tano Armaleo.- En tiempos lejanos existía lo que se denominada “periodismo amarillo”. Un periodismo cargado de sensacionalismo escrito, visualizado y relatado bajo una mirada subjetiva y tendenciosa. Con el afán de vender , todo era factible. Escándalo o mentira de por medio , si esto garantizaba mejores ventas y posicionamiento mediático. La cuestión era mantener a la gente entretenida. Un periodismo amarillo que también discutía y peleaba poder; económico y político. Cambiaron las épocas y el amarillismo persiste. Sólo que hoy son parte de grandes grupos económicos. El poder de ellos es tan extenso y perverso, que logran destituir o instalar presidentes. Hacen gala de la “noticia falsa” (Fake news) presentándolas como verdades reveladas, frente a una sociedad que gusta fagocitar semejante menú. ¡Han hecho cultura del amarillismo!.
Si la pandemia del COVID 19 es letal, no menos dañina resulta la “pandemia amarillista”. El mundo lo sufre. Argentina no es la excepción. Es un amarillismo que se atreve a todo. Matar o inventar crímenes tal cual se rescata de los archivos. Si en necesario, hunden al país -lo hicieron a lo largo de la historia-, con un relato que termina “seduciendo” a millones de personas ávidas de consumir medios ensangrentados con noticias falsas. Lo hacen partiendo de la mentira -Fake news- y con la anuencia de no pocos políticos y jueces que son portadores del virus amarillo.
El virus amarillo, a diferencia de otros de sus pares, tiene la particularidad de migrar. De volar si la circunstancias así lo amerita. Serían una suerte de saltimbanquis. Sí, de esos tan frecuentes que suelen verse en la vida cotidiana. Estos saltimbanquis son una especia muy particular: no tienen códigos ni ADN (convicciones), solo AEA, fáciles de identificar. Solo parecieran sucumbir y arrodillarse ante ciertos dioses: Dinero
Los epidemiólogos descrinen al virus amarillo, al igual que su mutación saltimbanquis, como voraces, malignos, personalistas y miserables. Lo comparan con eso millonarios que evaden impuestos, fugas divisas, arman empresas en paraísos fiscales y luego se quejan de que el Estado los devora, los asfixia de impuestos. Otra mentira atroz que se desvanece por el propio imperio de la realidad. Son tan irrespetuosos, petulantes, mentirosos, soberbios y dañinos que, así lo anunciaron al mundo, quieren pagar más impuestos. Que traigan las “millones de vacunas” que tienen durmiendo en esos paraísos fiscales, porque, seguramente esto podría mitigar y reducir al extremo la crisis que trae el COVID 19. Es lo que recomiendan los expertos en salud.
Pensar un país sin la presencia de esta especie tan particular, sería de una ingenuidad absoluta. Lo interesante, lo sabio es saber convivir con ella sin necesidad de sucumbir u entregarse a falsas promesas. No es una pulseada sencilla.
Sobre la base de montar falsas noticias y contaminar el escenario con titulares, los honestos, aquellos que de verdad creen que un mundo menos contaminado y más equilibrado es posible, suelen incurrir en errores estratégicos. Alguno prefieren optan por distanciarse de los honestos, sin muchas cavilaciones y afán de lucha, para sentarse con su patrones y entregar dignidad, la de los otros, por cierto.
El desafío de los que de vedad quieren enfrentar estos virus, será, tal vez , no sólo sentar en la mesa a todos y todas sin exclusión. El tema de fondo radicará en distribuir las porciones de la torta de manera equitativa. Más temprano que tarde, el COVID 19 será controlado y alejado de la amenaza que implica a la población. Sin embargo, si no se distribuye de manera justa y equitativa, la pandemia amarilla persistirá en su afán de hacer daño y continuará alzándose con todas las porciones.
Es evidente que hubo, y hay, yerros estratégicos, de comunicación y creatividad política en muchos y muchas de los que hoy tienen la responsabilidad de hacer el cambio cultural si el objetivo es desenmascarar las verdaderas intenciones que trae la pandemia amarilla. Es el momento ideal para dar la gran batalla culturar y avanzar varios casilleros.