Último momento: Milei con profunda depresión
- Editorial Tobel
- 14 oct 2024
- 2 Min. de lectura
Tras recibir dos contundentes noticias provenientes del exterior
Cuando aún no terminaba de reponerse del sacudón de ver al Papa Francisco recibiendo, en un clima distendido, coloquial y sonriente, a la vicepresidenta Victoria Villarruel con una agenda donde la crisis nacional y la corrupción gubernamental tienen, según trascendió, algunos renglones, Javier Milei recibió otro terrible disgusto.
Mientras una tarotista intentaba mitigar el fastidio que le produjo al intolerante, agresivo y autoritario presidente la foto proveniente del Vaticano, desde Suecia otro dardo cayó sobre la humanidad de un león herido en su autoestima. Al decir de algunos que merodean los ámbitos presidenciales suministrando café y entregando abultadas facturas, el presidente mutó su rostro. La ira se apoderó de quien se cree portador de un mensaje profético y merecidísimo ganador para el Nobel de Economía.
Sin la asistencia inmediata de sus operadores mediáticos, del séquito de soldados con los que cuenta para dar sustento al relato oficial diseñado por el asesor Santiago “Billetera” Caputo”, Javier Milei se desplomó como torre de arena sacudida por una pequeña oleada. Su sueño de alcanzar el podio mundial de economía se desvaneció. De nada sirvió la contención de sus sostenes y aplaudidores. Dicen que ni el Ministerio de Capital Humano pudo asistirlo.
No es para menos. Con universidades nacionales en vía de extinción, seguramente, el hombre tal vez intuye que no tiene quién abone su fundamentalismo ideológico: el anarcocapitalismo comprobadamente fracasado.
El Premio Nobel de Economía 2024 fue otorgado a tres investigadores por sus estudios relacionados con la importancia de las instituciones sociales para la prosperidad de los países y las diferencias que en ese sentido tuvieron las colonizaciones en los continentes. Es decir, estos “zurditos” creen en la presencia activa del Estado como garante de que la injusticia social no sea una mercancía más del mercado.
Los galardonados por la Real Academia Sueca fueron el turco Daron Acemoglu, el inglés Simon Johnson y el estadounidense James Robinson, los dos primeros del Instituto Tecnológico de Massachusetts y el tercero de la Universidad de Chicago.
En la presentación de los premiados, la Academia señaló que Acemoglu, Johnson y Robinson “demostraron la importancia de las instituciones sociales para la prosperidad de un país”, ya que “en sociedades con inseguridad jurídica e instituciones que explotan a la población, no se genera crecimiento ni cambio para mejor”.














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