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Un Gustavo Posse ocurrente y desmemoriado

Se refirió, de manera sarcástica, al indice de inflación

Foto archivo


Se la dejaron picando en el área y no dudo: le pegó con la derecha y la puso al angulo. Imposible atajarla. La pelota venía con un impulso que según el VAR –sistema que controla cada jugada de manera electrónica- acarreaba una aceleración de 54 kilómetros. Cifra similar, vaya coincidencia, al índice inflacionario dejado por el gobierno de Juntos en el 2015. Sin embargo la tribuna, y, en especial la platea conformada por reconocidos popes de la industria y dirigentes de la derecha más reaccionaria y desestabilizadora, pedían, al mejor estilo Coliseo Romano, más sangre, más goles y más aceleración. Y si se pudre el partido como parecía insinuara no sin disimulos unos hombres que de "franco" nada tienen, mejor, fueron algunas de las voces que bajaban desde la platea.


La contracara la daba un director técnico que, tras salir de la pandemia, se quejaba de la baja de varios jugadores. El hombre, viejo guitarrero, no lograba ordenar el equipo, mientras las bombas en Ucrania apagaban luces y calderas en varios estadios.

El temor del DT no era menor. Enfrentar al equipo “Los Buitres del Norte, y, ¡de Acá!”. Tal el nombre del equipo, requería coraje y jugar a fondo. Así pareció entenderlo luego de conversar sus más estrecho colaborador y colaboradora.

La resultante de aquel encuentro fue que un ex de Tigre se calzó los cortos. Las primeras jugadas del tigrense mostraron destreza y decisión. Pero no alcanzo parea contrarrestar la goleada de 7 a 4. La paleta festejada mientras la tribuna veía, una vez más, como la esperanza era devorada por la avaricia de plateistas.


Plateistas que prefieren, por lo visto, olvidar esos los 45 mil millones de pepinos verdes que se comieron cuando fueron a jugar en tierras de búfalos y buitres. También olvidaron la goleada que se morfaron desde el inicio del campeonato hasta el final. Solo festejaron cuando pudieron subir sus pasiones al 3.000% y encender la luz y calefaccionar sus viviendas, sin temor a no poder pagar las facturas.


Frente a semejante partidazo, que nunca termina, algo así como las historia delos pueblos, quién tomó partido fue el intendente radical Gustavo Posse. Lo hizo -como quien respeta tradiciones y cultura, montado en la tribuna; lejos de los plateistas que nada quieren saber de estos hinchas-, a través de las redes sociales.



¡ ¡Prometieron una guerra contra la #inflación pero se pelearon entre los soldados! Con peleas internas permanentes y sin un plan económico, muchos argentinos pierden cada día su poder adquisitivo y otros quedan totalmente excluidos. ES HOY, ES URGENTE

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