San Fernando sacudido por una mega inversión en medio de la crisis
Empresarios de la construcción desarrollarán una “pequeña ciudad” para 4.000 personas en las inmediaciones de Uruguay y Acceso Norte. Inversión por 250 millones de dólares. Prefirieron Argentina antes que Brasil o Uruguay. Donan 240 millones de pesos para el municipio
Con el voto de la mayoría de los concejales, el Concejo Deliberante de San Fernando dio lugar a un mega desarrollo inmobiliario que promete una inversión cercana a los 250 millones de dólares. El mismo estará ubicado en lo que fuera el depósito y las oficinas centrales de la empresa Molinos Río de la Plata, Uruguay 4075, a escasos metros de Acceso Norte. El voto del oficialismo, Frente de Todos, y de concejales de Juntos por el Cambio, termino por cerrar el paquete que incluye una donación de 250 millones de pesos por parte de los empresarios destinadas al municipio. El dinero irá destinado a obras de infraestructura.
Sin temor a exagerar, es la inversión privada más importante del año que un municipio del conurbano recibe por parte del sector privado. Con una crisis heredada (la de Juntos por el Cambio), sumada a la pandemia que ha socavado estructuras comerciales y económicas a nivel país, la inversión permitirá fortalecer las arcas municipales y garantizar que mucha de la mano de obra que vaya a levantar el complejo provenga de San Fernando. Consultadas fuentes empresarias ligadas a la familia Russoniello, las mismas aseguraron que optaron por seguir invirtiendo en el país en la confianza de ver un "futuro de crecimiento y estabilidad". Desestimaron Brasil y Uruguay; y Tigre, donde le daban amplias y mejores facilidades, sin embargo, pusieron el ojo en el pago chico por una cuestión estratégica urbana.
Si bien el desarrollo inmobiliario tenía a su favor que el Código Urbano permitía el mega emprendimiento, la intención de los empresarios era desplegar una estructura arquitectónica que requería la correspondiente rectificación al COU. Frente a este planteo, los concejales observaron y analizaron que la viabilidad del mismo no alteraba la fisonomía urbana de la zona. Una zona, cabe mencionar, donde las actividades industriales están permitidas. De hecho, el imponente depósito que acaba de vender Molinos, una terrible estructura de más de 30 metros de altura, logro construirse hace más de una décadas sin mayores inconvenientes.
El desarrollo se destaca por plantear un enorme espacio de agua entre las torres. Ocho de ellas serán de unos 20 pisos de altura, y ocho edificios de hasta 8 niveles. De esta manera el predio de 92.000 metros cuadrados, destinará el 28% para los edificios y la superficie restante será de espacios verdes y espejos de agua artificiales. De acuerdo a lo expresado por los empresarios, la obra completa demandara 9 años de trabajo, lo que denuncia la magnitud del mismo. Se calcula que albergará cerca de 4.000 habitantes, con una densidad de 426 habitantes por hectárea; habrá más de 1.000 viviendas de entre 50 y 94 m2 cada una.
Asimismo cada edifico contará con pileta propia, departamentos de dos, tres y cuatro ambientes, con espacios de cocheras y comercios.
