S.O.S: Impuesto a las Grandes Fortunas para reconstruir Bahía Blanca
Así como en plena pandemia dicha recaudación logró ingresos extraordinarios para enfrentar la situación, lo mismo se impulsa para este caso.

Frente a la tragedia padecida por la población de Bahía Blanca surge la necesidad de inyectar fondos (dinero y tecnología) para la reconstrucción. Reconstruir la ciudad, miles de viviendas, comercios y empresas. Y, sobre todo, reconstruir al individuo que se ve diezmado y arrumbado por las muertes y pérdidas totales de bienes materiales. Se requiere, según cómo se lo mire, de mucho dinero.
Los primeros cálculos hablan de cerca de 400 millones de dólares. Algo así como 400.000 mil millones de pesos. Como quien muestra las entrañas más despiadadas, el gobierno de Milei ofreció 10.000 millones de pesos. Otros proponen imponer por única vez (voto mediante) el Impuesto a las Grandes Fortunas. Similar al votado durante la pandemia. El Impuesto a las Grandes Fortunas, en aquel entonces, noviembre 2020, alcanzó a un universo potencial de 9298 personas, según datos de AFIP.
Más del 90% de los contribuyentes alcanzados -los que superaban patrimonio por más de 200 millones de dólares- terminó pagando el mencionado impuesto. Salvo figuras como las de Carlos Tévez, Gabriel Batistuta, Galperín, Caputo, Aranda, Vigil, y un par de millonarios sin nombre y prestigio que se negaron a pagarlo, la recaudación mordió cifras cercanas a los 300.000 millones de pesos de aquel entonces.
La propuesta surge de integrantes del Centro de Estudios Arturo Sampay de Zona Norte. Al respecto, entiende que la "crueldad del gobierno nacional es tan significativa que nada hace suponer que vaya a destinar los recursos necesarios para la reconstrucción de la ciudad". La iniciativa contempla que cada vecino, al igual que comerciantes y empresas Pymes, reciban subsidios. Subsidios, detallan desde el Sampay, que deberán ser destinados al reequipamiento de viviendas o del comercio.
Es evidente que la ciudad requiere de atender la emergencia de manera integral. La labor excede el marco municipal. Por cuestiones técnicas y económicas es imposible que el municipio financie la reconstrucción. Si bien la provincia de Buenos Aires tiene más espalda, esto no es suficiente. Por lo pronto, Kicillof instruyó a su ministro, Carlos Bianco, para buscar fondos en organismos internacionales que financien la reconstrucción. Generalmente son créditos a tasas preferenciales.
Se estima que la inversión para poder levantar la ciudad rondaría los 400.000 mil millones de pesos. Así lo describió el intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles. En medio de la tragedia y mientras de manera inmediata recibió todo el apoyo y estructura provincial y tras cartón se plegó nación, el intendente requiere de dinero para comenzar la reconstrucción.
La respuesta del gobierno nacional, así lo expresó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue que la responsabilidad "es un tema del municipio y la provincia”. Una vez más, el gobierno de Milei, mostrando su verdadero rostro, deja a Bahía Blanca a la deriva.
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