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Milei reivindicó el fracasado modelo de libre mercado que tanto viene empobreciendo al mundo

Así lo sotuvo en el Foro de Davos donde el capitalismo globalizado marca la agenda mundial en un mundo en el que la desigualdad e injusticia no retroceden



"Hoy estoy acá para decirles que Occidente está en peligro. Está en peligro porque aquellos que supuestamente deben defender sus valores se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo y en consecuencia a la pobreza", subrayó -miércoles- el presidente Javier Milei en el Foro de Davos que motoriza el capitalismo globalizado (empresarios), y convoca a presidentes de todo el mundo a modo de disciplinar la agenda económica mundial.

 

Ampliando sus conceptos ideológicos, el mandatario argentino dijo que “el capitalismo de libre empresa es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre y la pobreza en el planeta". Expresiones que no dejaron de llamar la atención en líderes mundiales serios que, aún viviendo y gobernando en países democráticos, entienden que así como se manifiesta y presiona el actual capitalismo de libre mercado, la desigualdad cada día es mayor. Los mercados nada garantizan a la hora de otorgar mejor calidad de vida a los pueblos. Sin embargo, el mandatario argentino, con su ideología a cuesta, insiste con recetas comprobadamente nefastas: sólo beneficiosas para la casta dominante. Comulga con el pensamiento único, sólo libre mercado, cuando en realidad, capitalimso y Estado, tal cual proponen no pocos mandatarios mundiales, van de la mano. Caso contrario, el empobrecimiento está garantizado si el libre mercado todo lo regula.

 

No obstante la realidad mundial signada por la injusticia y precarización laboral, Milei afirmó que el capitalismo es un sistema político y económico "justo y moralmente superior", cuya implementación llevó al mundo actual a ser "más rico, libre, pacífico y próspero que en cualquier otro momento de la historia".

 

Milei opinó que "la doxa de izquierda atacó al capitalismo por una cuestión de moralidad" y sostuvo que la "justicia social no aporta al bienestar general" de las poblaciones.

 

"La justicia social no es justa, es violenta. El Estado se financia a través de impuestos que se cobran de manera coactiva. A mayor carga impositiva, mayor es la coacción y menor la libertad", afirmó ante un auditorio que disfruta y gusta contar con políticos como Milei que se entregan sin miramientos a asegurar la agenda que imponen los mercados, la casta dominante. No son más de 1.000 empresas mundiales que digitan y controlan el comercio mundial sobrepasando, en muchos casos, al propio poder de los Estados soberanos. Desde los años 90 a la fecha la presión de estas corporaciones viene ganando la pulseada, empobreciendo a millones de seres en medio de un mundo en el que un puñado acumula riqueza -no siempre bien habida- y millones se encuentran pauperizados. Y generando lo que el Papa describe como la "cultura del descarte".

 

El presidente sostuvo en el foro de Davos que desde que Argentina "abandonó hace 100 años el modelo de la libertad" y puso en práctica políticas "colectivistas", los argentinos son "más pobres".

 

"El empresario exitoso es un benefactor social que lejos de apropiarse de la riqueza ajena, contribuye al bienestar general. En definitiva, un empresario exitoso es un héroe", aseguró.

 

Por ese motivo, los instó a que "no cedan al avance del Estado" porque "no es la solución, sino el problema en sí mismo".

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