La crisis diaria: jubilados marchan y reclaman en la Quinta de Olivos
- Editorial Tobel
- 2 jul.
- 2 Min. de lectura
Al igual que todos los miércoles, se reúnen a las 17hs en Villate y Avda. Maipú.

Al ritmo de un país que comienza a mostrar el verdadero rostro del modelo y con millones de personas que viven en carne propia el ajuste impuesto por el gobierno nacional, en horas más la Quinta de Olivos volverá a ser testigo presencial del malestar social. Una convocatoria que se da mientras en el Senado se intenta aprobar una mejora en los haberes jubilatorios del 7,5% y un bono extra de $40.000. La negativa del gobierno de Milei y de algunos de sus socios del PRO y la UCR, por ahora impide que esto se apruebe. Mientras tanto, el gobierno dilapida miles de millones de dólares en la compra de pertrechos bélicos, gas para fuerzas policiales y en pautas publicitarias para medios afines.
Esto se verá reflejado, al igual que cada miércoles, cuando a las 17hs. jubilados autoconvocados se manifiesten y reclamen por un mejor ingreso y la restitución de medicamentos. Lo harán junto a vecinos, organizaciones sociales, entidades comerciales regionales, exconcejales, dirigentes sociales, representantes de CTA, de agrupaciones culturales, políticas y sociales, docentes e investigadores, por caso. También participa y acompaña el reclamo el Centro de Estudios Arturo Sampay Zona Norte, Agrupación La Jauretche, representantes del Frente Grande, del Centro Doctrinario Peronista, del Movimiento Derecho al Futuro y de Primero Vicente López, entre otros.
Si la convocatoria hace cuatro meses reunía a no más de 100 personas y transeúntes y automovilistas se mostraban un tanto distantes de la movilización, en estos momentos la realidad es muy otra. Automovilistas, colectiveros, motoqueros y gente de a pie, tocan bocina, aplauden y levantan los dedos en señal de acompañamiento y solidaridad con el reclamo. En cada corte de semáforo, los autoconvocados les entregan a los automovilistas un volante donde preguntan: “¿Ud podría vivir con $380.000.?
Seguramente, como producto de una realidad incontrastable determinada por el deterioro socio-económico, el cambio de actitud por parte del ciudadano de a pie que muestra empatía con el reclamo, responda a esta cruda situación.













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