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Es Scioli, es casta, es mileista: “No cambié de opinión, evolucioné”

De defender principios y modelos políticos diametralmente opuestos a los que hoy profesa el gobierno de la ultraderecha, el dirigente político justifica su mutación, por caso, con las SAD (Sociedades Anónimas Deportivas).



Por: Fernando Gañete Blasco.- El nuevo mileísta Daniel Scioli, quien en el 2018 impulsaba un proyecto de ley para no permitir las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), cambió 180 grados y hoy es el principal defensor de privatizar los clubes. Según sus declaraciones: “No cambié de opinión, evolucioné”. En tanto que no respondió a la pregunta de si renunciará al Partido Justicialista.


El exponente de la “Casta política”, ex diputado menemista, ex vicepresidente kirchnerista, ex candidato presidencial peronista, ex embajador albertista y actual ministro de Turismo y deporte de Milei, Daniel Scioli, se sigue desnudando intelectualmente y muestra su verdadero interés neoliberal: ayudar al capital concentrado en desmedro de la sociedad. Hoy se hace el abanderado de las Sociedades Anónimas Deportivas. 

Además de expresarse públicamente en varias oportunidades a favor de privatizar los clubes de fútbol, Daniel Scioli encabeza reuniones frecuentes con la diputada de LLA, Juliana Santillán, su pareja, el empresario Guillermo Tofoni, quien tuvo un traspié judicial con la AFA por querer quedarse con derechos pertenecientes a la casa madre del fútbol, el diputado de JXC Héctor Baldassi.


Uno de los argumentos que expone Scioli es que en la región ya están impuestas las SAD con la incorporación de Brasil cuando Jair Bolsonaro, en el 2021, aprobó la ley que permite que los clubes se transformen en Sociedades Anónimas Deportivas. Hoy de los 20 clubes que compiten en el Brasileirao (principal torneo de fútbol de ese país) son 6 los que tienen capitales privados: Botafogo, Cuiabá, Vasco da Gama, Bahía, Cruzeiro y Coritiba. 


Mientras Milei, Macri y Scioli mienten declarando que hay capitales extranjeros dispuestos a pagar U$S 3.000 millones por un club argentino, el Cruzeiro, un equipo con un mercado fuerte como el brasileño, se pagó U$S 70 millones. Pero aún más se desenmascara la mentira cuando se conoce -según la revista Forbes- que el valor del Chelsea inglés es de U$S 3.100 millones; o que el Inter de Miami, que antes de la contratación de Lionel Messi valía U$S 500 millones, en la actualidad cotiza U$S 1.100 millones. ¿Alguien pagaría por Independiente o Racing U$S 3.000 millones?.


En Brasil, oportunamente y a raíz de la pandemia, los clubes incrementaron sus pasivos (pese a que muchos sostienen que acá hubo problemas económicos por la “larga cuarentena” y allá no hubo cuarentena). También es una estrategia de quienes promueven las privatizaciones (sean empresas del Estado o clubes que son asociaciones civiles sin fines de lucro) ya sea para concentrar la riqueza comercialmente, financieramente o para evadir o eludir impuestos.

Probablemente en nuestro país, el actual gobierno nacional actúe en consecuencia. Ya con los tarifazos les pega un duro golpe a los clubes, como si eso fuera poco, con el saqueo de los bolsillos de la ciudadanía ataca sobre el principal ingreso de las instituciones del fútbol que son los ingresos por cuota social, abonos y entradas.


La estrategia también es sumar personajes conocidos del fútbol para que sean las caras visibles de la defensa a las SAD, ya se sumaron Carlos Tevez que fue socio de su amigo Macri en el negocio (¿o negociado?) de los parques eólicos, el Kun Agüero y Juan Sebastián Verón, todos ellos millonarios en dólares y cercanos a las ideas neoliberales. Los famosos sin preparación es una especialidad de Daniel Scioli, él es un claro ejemplo de ello, por esa ventana ingresó a la política sin importar los ideales, sino los intereses económicos. Maradona volvé.

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