Asado, circo y conciencia social en la Quinta de Olivos
Mientras el presidente agasajaba a los “héroes”, diputados que votaron contra una mejora a jubilados, cientos de personas se expresaron en la calle.
Por: Tano Armaleo:- A diferencia de otras movilizaciones, la del martes 17, frente a la quinta de Olivos donde el intolerante, autoritario y agresivo presidente Milei agasajaba a 87 diputados a los cuales definió como “héroes”, tuvo la particularidad de llamativa convocatoria en cuanto a cantidad de movilizados. Fue una demostración más de que la bronca y malestar reinante sobre la gestión del gobierno de La Libertad Avanza y sus socios de Juntos por el Cambio comienza a cobrar cada vez más volumen.
La marcha fue una clara respuesta de malestar luego de que legisladores, bajo presión y ensobramiento oficial, votaran en contra de una mejora jubilatoria de 13 mil pesos. Mientras cientos de personas, muchas de ellas autoconvocadas, blandían cacerolas y recibían el afecto de automovilistas, cosa que hace un par de meses no sucedía, dentro de la Quinta de Olivos los hermanos Milei, junto a Patricia Bullrich, Guillermo Francos y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, daban rienda suelta a un asado que requirió movilizar fondos estatales.
Por: Tano Armaleo.-“Nos podrán cagar a palos, pero no nos van a callar, que lo entienda el loco éste (Milei)”, sostenía Oscar, integrante de una suerte de corriente de jubilados que reúne a gente de distintos distritos del conurbano. Por su parte, Andrea, estudiante avanzada de Filosofía, se mostró entusiasmada por la convocatoria. Al respecto señaló: "lo de la Plaza (Congreso) y este tipo de movilización es la punta de un iceberg que nos indica que la gente está cansada de mentiras y que no se cree el verso de que el ajuste lo paga la casta, lo estamos pagando el pueblo, los laburantes, los estudiantes, que se deje de joder”.
Junto a esas cientos y cientos de personas que se corrieron a la Quinta de Olivos, la presencia y contención del sector político se hizo notar. Quien puso mucho énfasis en la convocatoria fue el gremialismo de ATE quienes a la fecha han visto cómo el gobierno nacional despidió en todo el país a más de 30.000 trabajadores estatales. Fabián “Moncho” Alessandrini, Secretario Gral. ATE Zona Norte, al respecto no dejó de mostrarse gratamente sorprendido por la presencia de “tanta gente que vino por la suya, esto nos habla de que algo nuevo comienza a gestarse como resistencia a un modelo de hambre y castigo que la población no está dispuesta a tolerar”.
Entre los dirigentes políticos presentes se notó la presencia de Fabián Becerra, presidente de Partido Socialista de Vicente López; Néstor Ríos, presidente de la UCR de Florida; el bloque del PJ-Unión por la Patria (Laura Brianza, Roberto Pace, Lucas Boyanovsky); el presidente y vice del PJ, Hernán Lanía y Marcelo Accinelli, respectivamente; Fernando Gañete Blasco, Claudio Leveroni, Nora Forcinitti, Liliana Bravo, y José “Pepe” Armaleo del Centro de Estudios Arturo Sampay; Mario Capussano, presidente del Partido Comunista; los ex concejales Carlos Roberto, Julio Ceresa, Joaquìn Noya, Marcela Cortiellas y Julio "Tito" Sosa, el presidente de Causa San Isidro y ex concejal Hugo Aserrat, el historiador y periodista Oscar Edelstein; y Flavia Farvani de la Asamblea Ambiental, entre otros.
Si la bronca, el malestar, al igual que la intolerancia, arrogancia y el autoritarismo de un gobierno son los primeros elementos que despiertan las ansias de ganar la calle para frenar lo que consideran “daño estructural” que, en este caso, produce el gobierno de Karina y Javier Milei, las marchas en el Congreso y Plaza de Mayo y lo vivido ayer en la puerta de la Quinta de Olivos, podrían ser el comienzo del fin de un gobierno. Para consumar semejante escenario, seguramente, la dirigencia política deberá comenzar a poner en la mesa a qué está dispuesta a renunciar en pos de materializar un nuevo contrato social-democrático que atraviese a diversos sectores de la comunidad. Tal vez, el primer ejemplo podría comenzar en los distritos en tanto y en cuanto las y los dirigentes dejen de lado personalismo y hegemonía extramuros.
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