Argentina tierra de campeones, tierra prometida
La pasión y alegría popular se compartió en las calles muy a pesar de los mala onda y de los agoreros del desánimo
Cuánto se ha dicho, escrito, y cuánto más se ha de escribir y decir de esta gran Selección Nacional que volvió a poner al país en lo más alto del podio de las pasiones deportivas y populares. No fue sólo la magistral destreza y habilidad del Lio Messi. Este ser, dotado por los dioses de una naturaleza como sólo antes vimos en Diego Armando Maradona, incorporó a una nueva generación de pibes al mundo de los campeones. Si la mística e impronta del mundial del 78 y del 86, fueron garantes y poleas de transmisión que enamoraban y mantenían encendida la llama de la pasión futbolera, hasta ayer nomás, en Qatar la llama volvió a cobrar fuerza.
Se encendió para esos chicos, chicas y pibes que, con menos de 36 años de edad -Messi tiene 36-, ahora son parte de un proceso que los tuvo como protagonista. Esas calles y plazas inundadas de gente en todo el país fue la muestra elocuente que la pasión nacional inspirada bajo los tres palos, será redactada por una nueva generación.
Para quien esto escribe, el resultado del ayer, domingo 18 de diciembre, fue un logro colectivo de un seleccionado nacional que excedió la capacidad de Messi. Así como el resto de los jugadores fueron un manto de virtudes amalgamadas en un mismo verbo, también hubo millones de argentinos y argentinas que siempre confiaron en la selección. Confiaron a partir de saber que en cada uno de ellos, y en su cuerpo técnico, subyacía la voluntad de trabajar con un objetivo claro. Si bien todos los mundiales son estrictamente resultadista, ganar y ganar, la gran diferencia fue que la foto de ayer es la resultante de un largo trabajo que llevó años. La película demostró que la historia no tendría otro destino que el plasmado en Qatar.
Cuando la persistencia, la entrega, y las convicciones se ponen de manifestó, difícilmente los resultados no sean los que ayer festejó toda la población.
Una nueva generación que hoy comparte el palcer de saberse campeones mundailes como las del 78 y las del 86
Si la ciencia, los científicos pasas años y décadas investigando para obtener, muchas veces, pequeños resultados que luego son continuados y ampliados por otros, Scaloni demostró que su trabajo es parte de este proceso. Insistir, apostar a las convicciones, ser pragmáticos cuando las circunstancias así lo exigen. De una argentina que a pesar de la mala onda destilada por las usinas del terror mediático y del nada se puede y que todo lo tiñen de amarillo, hubo un país que, mayoritariamente, aposto a un trabajo colectivo. No al exitismo individualista que todo lo reduce a un triunfo personal. El pueblo nunca dejó de confiar en la selección, como tampoco los jugadores que siempre destacaron el calor que le inyectaba la pasión deportiva.
A esta altura del partido es evidente que Argentina es Tierra de Campeones. Tres mundiales en casa. Y, de las tres máximas estrellas mundiales del fútbol, dos son argentinas: Maradona y Messi; la otra el brasileño Pele. Tierra de Campeones, Tierra Prometida sin temor a exagerar. Tan prometida que también ha sido y es cuna de grandes científicos, escritores y dirigentes sociales y políticos. Un gran combo que nos llena de orgullo muy a pesar de la mala onda de aquellos y aquellas que hablan y dicen “este país”, es vez de decir Nuestro país.
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