Datos que alarman y otros que entusiasman
El Ministro Arroyo dijo que 11 millones de personas reciben apoyo del Estado.Por otra parte, anunció inversiones de 20.000 millones para micro créditos y estimulo al trabajo y producción. Todo esto mientras se aguarda cerrar un acuerdo con acreedores por la pesada deuda. El impuesto a las grandes fortunas duerme en el Congreso impidiendo el ingreso fresco de dinero
Por. Tano Armaleo-. Si el país dejado por Cambiemos fue el de la desolación social y despojo económico, así lo revelaron oportunamente datos del INDEC, la aparición de la pandemia termino por desnudar el verdadero drama nacional que pretendían ocultar. Al frente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, el vicentelopense Daniel Arroyo aseguró que ,11.000.000 de personas reciben asistencia del Estado. En términos de dinero, esto implica cerca de 14.000 millones de pesos que el gobierno invierte, mensualmente, en atender diversas cuestiones sociales y económicas de la población. Con sólo pensar que el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) fue creado para atender a cerca de 4.5 millones de personas que la están pasando muy mal por la falta de ingresos -producto de la pandemia-, y Desarrollo Social terminó registrando casi 9 millones de personas, da la pauta de la Argentina profunda, la que muchos negaron por años.
No toda la asistencia solidaria se centra en sectores de bajos recursos o que por la crisis pandémica le ha sacado ingresos. Tal el caso de monotributistas o comercios barriales que a falta de gente y consumo, perdieron ventas. Y en algunos casos , se vieron en le necesidad de despedir personal. Sólo en el ámbito de la Capital Federal , CABA, a la fecha se registran más de 18.000 comercios que bajaron las persianas. Las Pymes no la pasan mejor. Si no fuera por la ayuda estatal que abona el 50% del salario, o la entrega del mentado IFE, $10.000 que alcanza a esos 11 millones de personas, muy distinta sería hoy la situación: más acuciante.
Por otra parte, más de 250.000 PyMes de todo el país se han visto beneficiadas por créditos a tasas bajas, subsidios, moratoria fiscal, congelamiento de tarifas, también alcanza a viviendas, combustible y garrafas entre otras tantas medidas.
El gobierno de Alberto Fernández destina cerca del 4,7% del PBI para atender la pandemia. Otros países meten mano a las cuentas públicas de manera más fuerte, 8, 10, y 11 % del PBI, como sucede en Perú, EE.UU, Italia, por ejemplo.
Con arcas falcas, una deuda externa pesadísima y sin poder “rascar la olla” a fin de obtener recursos frescos y rápido, y con una impuesto a las grandes fortunas que alcanzaría a cerca de 11.000 multimillonarios, frenado en el Congreso por Juntos por el Cambio, cuesta imaginar que la salida post pandémica será sencilla. Con respeto al impuesto a las grandes fortunas, de ser aprobado se podría recaudar entre 3.000 y 3.500 millones de dólares. El panorama es tan complejo que el Ministerio de Desarrollo Social a la fecha, “lleva ejecutado el 120% del presupuesto anual”, confió Arroyo.
Por otra parte, Arroyo, anunció que el gobierno invertirá 20.000 millones de pesos en producción y trabajo. No son planes. Será dinero que volcado a microcréditos, cooperativas de trabajo y monotribustitas que deberán avanzar con trabajos concretos. Con sólo pensar que en Argentina hay cerca de 700.000 Pymes que mueven más de 70% de la economía nacional, y detrás de ellas una infinidad de proveedores , no es complejo imaginar que este tipo de inversiones, como las que señala el Ministro, terminarán articulándose con alguna de ellas.
Si los datos de hoy son realmente negativos, lo esperanzador es saber que el rol de Estado será el verdadero motor de la recuperación social y económica. No hace falta hacer historia. El presente da cuenta que es con la ayuda estatal que se sale de la pandemia. Países como Italia, Alemania, Francia, España, México, Perú, Colombia, consideran imperiosos seguir inyectando altos % del PBI y emitir dinero para enfrentar la crisis. Los resultados están a la vista es cuestión de "copiar". Esto hace suponer que en Argentina, de no mediar mezquindades y miserias opositoras, la salida podría ser mucho menos traumática de lo que algunos eternos fracasados diagnosticadores del mercado auguran.