Cristina recrea el tercer movimiento nacional: cambio de época
Habló con el corazón y la realidad sobre la mesa
El masivo acto realizado por Cristina Kirchner en el estadio de Arsenal, ratifica que la ex presidenta conserva una fuerte dosis de liderazgo que la ubica en el podio electoral. Frente a la población allí movilizada y a millones que la siguieron por las pantallas, les habló con el corazón y la realidad a cuesta. Con una estética muy bien pensada, Cristina sacó a relucir toda su verba y capacidad política para presentar a “Unidad Ciudadana” como una fuerza que va más allá de lo recreado con anterioridad. Seguramente, haciendo una lectura mundial y del cambio de época (dirían algunos sociólogos) que impera en varios puntos del planeta, la líder del nuevo escenario político deja a un costado la construcción partidaria tradicional. Lo mismo sucede con el lenguaje.
Si antes fue el Frente para la Victoria que subsumió al Partido Justicialista, hoy es con Unidad Ciudadana que busca ampliar el horizonte. Lo hace con un discurso menos “ortodoxo”, o si se prefiere, ideologizado. Como inteligente y hábil “animal política”, la peronista continúa en la centralidad política sólo que superando pasos anteriores. “Unidad Ciudadana es un paso superador del FpV", decía al finalizar el acto Daniel Scioli acompañado por numerosos dirigentes de la Región Norte, entre ellos, Gerardo Amieiro, Roberto Paso, Mecela Cortellia y Néstor “Coty” Cotigniola, tras finalizar encuentro de Arsenal
Cuando Cristina sube el escenario circular a personas con historias concretas y puntuales, no muy distinta a la de “millones de argentinos que hoy la están pasando mal”, no hace más que marcar las claras diferencias con el actual gobierno. Mientras Mauricio Macri sube al escenario a personas que logran logors individuales, Cristian presentaba historia de vidas que se multiplican por millones. Gente de carne y hueso que no llegan a fin de mes, discapacitados a los que se les sacaron los subsidios, directivos de clubes que no pueden pagar tarifas, jubilados que no tienen remedios, derechos conquistados hoy perdidos, empresario que debieron cerrar sus empresas. Uno, es el ajuste, el endeudamiento, los tarifazos, la venganza, el odio de clase; ella, habló sin mencionarlo, a un pasado cargado de logros y derechos; apuesta a “construir un país inclusivo para todas y todos”. A contrapelo de lo que reclaman los opositores del anterior gobierno, Cristina no ingreso en el plano de la autocritica. “La derrota electoral es nuestra autocritica”, es lo que se escucha en la mesa chica del kirchnerismo.
Con un discurso alejado de su tradicional confrontación política, manejando los tiempos político -esquivó el tema de candidaturas-, Cristina convocó a “unir a los argentinos” a partir de comprende que mientras millones padecen la realidad, muy pocos disfrutan de la fiesta macrista.
De acuerdo con lo esbozada ayer, Unidad Ciudadana es una suerte de recreación del “Tercer Movimiento Nacional”. Aquel que fallidamente intentó instalar Raul Alfonsín. Eran otros tiempos. Alfonsín lo intentó erróneamente, desde y con el radicalismo, subsumiendo al resto de los partidos, en especial al peronismo. Ahora es Cristina quien en ese imaginario de algunos apresurados que evaluaban que el kirchnerismo es la instancia superadora del peronismo, deja de lado lo transitado y apuesta a Unida Ciudadana.
Pensar que con la apuesta de ayer Cristina tiene todo cerrado y sellado, es tan apresurado como imaginar que no tiene futuro tal cual intenta instalar sus opositores -político y mediáticos-; su liderazgo sigue vigente. El primer paso lo dio ayer, el siguiente será conquistar la provincia de Buenos Aires; siendo o no candidata. Por lo pronto, cuenta con la adhesión de más de 40 intendentes y una devoción popular que se nota claramente en la calle. Si no hay triunfo electoral, seguramente la construcción podrá verse esmerilada por otros actores peronistas que también reclaman una cuota de poder.
