Murió "el Diego", ¿de verdad?; ¿El que está a la diestra de Dios?

El Dios del Fútbol, el amigo del "Barba", el que, al igual que el Dios de la Cruz, se rebeló contra los poderes del sometimiento

Qué se puede decir de la desaparición física del Diego que no se haya dicho escrito, o hablado aún. Nada para quien esto escribe. Ver las calles llenas de un vacío oscuro, de dolor intenso, y un país cubierto de una angustia indescriptible, es el fiel reflejo de quien se aleja definitivamente para ubicarse en el lugar de los dioses. El, sin lugar a dudas, lo fue.

Fue, es, y será el Dios del Fútbol. Estará sentado a la diestra del otro Dios, el Dios de la cruz. Del “varaba” como gustaba definir e Cristo. Uno, hace dos mil años, revolucionó al mundo peleando por los humildes, sublevándose ante el poder de turno, lo que le valió la traición de esos leales que dejan de serlo hasta que los intereses personales superaron las convicciones: termino en la cruz. Una cruz que todavía sigue rigiendo y guiando pasiones de miles de millones de seres.

El Dios del Fútbol, ciertamente, que no fue Cristo. Tampoco El Diego (60) lo quiso ser. Se cansó de salir del lugar que las burguesías y poderes dominantes lo querían ubicar: el del confort, el de sumiso que acata todo los preceptos que tanto daño hacen a la redonda; y a la humanidad.

Diego Armando Maradona nos deja, se aparte de la cotidianidad del resto de la humanidad. Así y todo, seguirá eternamente activo y presente.

Murió como los grandes: nunca mueren de viejo.

Murió en Tigre (barrio cerrado San Andrés) donde estaba en pleno tratamiento médico y bajo el cuidado de enfermeros. Salió del baño, se desplomo en su cama, y ya nada pudieron hacer los enfermeros. El corazón, esta vez, le jugó en contra, de él, de millones que lo lloramos y extrañaremos. Argentina lo llora, el mundo también. ¡Gracias Diego!.