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Mauricio Macri contratado para “el robo del siglo”

Así como hubo un Nunca Más en materia de Derechos Humanos, tal vez habrá llegado la hora de plantear uno referido a la entrega de la soberanía económica claramente evidenciado en esos 44.000 mil millones de dólares acordados con el FMI que nunca llegaron a destino.

Por: Tano Armaleo.- Mauricio Macri, la alianza gobernante de Juntos por el Cambio, se robó un PBI. Una cifra que, traducido en dinero, rondaría los 300.000 millones de dólares. Sostener esta acusación es tan poco serio que no merece detenerse en estas cuestiones. Sólo mentes mal intencionadas, perversas, destructivas y odiadoras, que buscan someter y engañar a millones de personas podrían, al solo efecto de instalar políticas destructivas, inventar una trama digna de la cinematografía.

Es cierto. Fue la historia reciente la que puso sobre el tapete semejante absurdo del robo de uno o más PBI. Con una buena porción de la población que disfruta más de la comodidad y el estrellato que ofrecen las engañosas luces de las redes sociales, resulta, y resultó, tierra fértil instalar semejante operación mediática-judicial. Por fortuna, hoy, semejante opereta no figura en el escenario nacional como sí brillaba en tiempos cercanos.


Sí es cierto que, aún hoy, desde las pantallas y el “Poder Injudicial” se machaca en esto del robo del PBI. Usan otros términos, ya que esto -el robo del PBI- quedó claramente expuesto que todo fue parte de una burda maniobra engañosa para avanzar en lo que luego fue el verdadero robo del siglo: la estafa perpetrada entre el gobierno de Mauricio Macri y el FMI. Estamos hablando de los 54.000 millones de dólares prestados de manera escandalosa por el organismo internacional a pedido de los EE.UU (Donald Trump). Semejante monto -el FMI otorgó 44 mil millones el resto quedó en puerta luego de que Juntos por el Cambio perdiera las elecciones- fue para cubrir el desastre económico al que fue sometido el país en aquellos años de macrismo. Nunca se supo dónde fue a parar tamaña cantidad de dinero.


La estafa - que extrañamente no es analizada en sede judicial-, radica en esos 44.000 que nunca fueron invertidos y utilizados para salir de la crisis generada por Juntos por el Cambio. Muy por el contrario. No hubo obras públicas e inversiones genuinas que levantasen la producción y el trabajo a fin de sacar al país de la recesión a la que llevaron intencionalmente. Todo se fue por la inmunda cloaca de la timba financiera, y vaya a saber sino al bolsillo de los CEO -PRO, UCR y CC- que gobernaban el país bajo la tutela de Mauricio Macri.


Si hasta el propio periodista Marcelo Bonelli, de algún modo, reconoció, días atrás, durante un reportaje al Ministro Martín Guzmán, el robo de los 44.000 de dólares que nunca llegaron al país. Cuando el ministro expone y pone blanco sobre negro y revela lo que es un secreto a cuatro voces -que sólo los sometidos y engañados no quieren ver-, que los dólares nunca llegaron a buen puerto, fue el propio periodista quién reconoce y asiente de manera explícita los dichos del funcionario. Sin embargo, el grupo al cual reporta el periodista machaca con el viejo relato


Todavía, hoy día, producto de las operaciones mediática-judicial, persiste el discurso del se “robaron todo” en referencia al gobierno de los peronistas Néstor y Cristina Kirchner. Cuando fueron en busca de dinero en paraísos fiscales, los dólares que encontraron fueron los de Macri y sus ministros. Además de empresarios, por cierto, como quedó revelado en los “Papeles de Panamá”, aquella investigación periodística internacional que desnudó la trama corrupta del dinero que manejan funcionarios y empresarios. Dinero, vale reiterar, no declarado, por ende dinero que no tributa, por ende dinero que no va a obras públicas, escuelas u hospitales. La familia Macri, por caso, tenía oculto en esas guaridas fiscales la friolera de 35 millones de dólares. Cifra mayor el ex ministro Nicolás Dujovne.


En realidad, detrás de tan perversa operación mediática-judicial- (“son todos ladrones”, “se robaron todo”) subyace la intencionalidad de desacreditar la política. En particular, toda aquella que moviliza y acciona políticas inclusivas y de clara soberanía nacional. Así como sucedió en Argentina, lo propio se materializó en otros países. Es la manera de actuar de la derecha internacional que, recostada en el neoliberalismo, desde hace varias décadas está ampliando los niveles de pobreza y desigualdad, sobre las espaldas de millones de personas. Que extrañamente, y en esto de vivir engañados y sometidos por las luces de las redes sociales, un buen sector de la población, aun los empobrecidos por estos representantes de la derecha neoliberal, terminan votando a sus victimarios.


Queda claro que el robo perpetrado entre el FMI y el macrismo sólo podrá ser investigado judicialmente y políticamente, en la medida que la prensa nacional e internacional dejen de ser parte y cómplice de un modelo que sólo permite el ingreso a la fiesta a unos pocos.


En el mientras tanto, si el actual gobierno no ahonda en la ruta del “robo del siglo”, difícilmente estos bandidos que conocen de memoria los sótanos del mundo de las turbias finanzas -lo construyeron-, se pueda saber dónde fueron a parar esos 44.000 millones de dólares.

Así como hubo un Nunca Más en materia de Derechos Humanos, tal vez habrá llegado la hora de plantear un Nunca Más a la entrega de la soberanía económica. No alcanza con sancionar una ley que impida que un gobierno tome deuda sin el consentimiento del Congreso. Es imperativo saber dónde fueron a parar esos 44.000 millones de dólares. De no ser así, los chorronos nos habrán igualado, y dará lo mismo ser un honesto trabajador que un bandido de guantes blancos.

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