Las víctimas de Cromañón presentes en Vicente López

A 21 años de la gran tragedia nacional que se llevó la vida de 194 personas. En Munro un monumento evoca la memoria de las víctimas.

Cuando la noche arreciaba sobre la Ciudad de Buenos Aires, el calor golpeaba sobre la humanidad, el presidente Néstor Kirchner comenzaba a sacar al país de una profunda crisis, similar a la actual, y le daba valor a la política, y los muertos de la represión (35) del 2001 -gobierno de Fernando de la Rúa- aún pesaban sobre el país, una bengala encendida en el recital que la banda Callejeros estaba dando en el boliche República Cromañón del barrio de Balvanera, en la Ciudad de Buenos Aires, prendió fuego el techo de material inflamable. Fue una noche que, a 21 años de aquellos terribles acontecimientos, pesa en el país: 194 muertos y más de 1.500 personas con lesiones de todo tipo.

En 2009 la justicia condenó con distintas penas al gerenciador del local, Omar Chabán (falleció en 2014), al manager de la banda -Diego Argañaraz-, al subcomisario Carlos Díaz, al coordinador general del boliche -Raúl Villarreal- y a las funcionarias Fabiana Fiszbin y Ana María Fernández.

En 2011 recordó el portal CausaPendiente Casación atenuó las calificaciones de incendio doloso a culposo -y achacó esa misma figura a los integrantes de Callejeros-; y de incumplimiento a omisión de los deberes de funcionario público.

Desde Vicente López, con el acompañamiento del municipio, familiares y amigos de las víctimas de Cromañón en el 2023 se evocó la memoria  de cada uno y una de ellas, algunos vecinos de Vicente López, en un acto en Plaza Alem de Munro. Lo hicieron en el restaurado monumento que rememora los dramáticos sucesos acaecidos el 30 de diciembre del 2004.

El Memorial Cromañón emplazado en Munro utiliza el posicionamiento solar para crear un entorno ceremonial en memoria de las víctimas de la tragedia. En aquellos años (2023), el municipio restauró por completo el espacio en el marco del aniversario del incendio.

Un monumento que no hace más que poner al descubierto, visibilizar un verdadero drama que atravesó y sacudió a toda la población en víspera de un año nuevo, allá por 2004. No dejar las cosas ahí, olvidar, no hacer camino al andar o no hacer cultura de lo que le sucede a la sociedad puede ser tan grave como los hechos que algunos intentan omitir o ningunear, o lo peor, no recordar.

Si el monumento de Munro, en gran medida, puede resultar saludable y reparador, seguramente recordar y evocar en las calles y plazas de Vicente López a las víctimas (30 mil) de la represión de la última dictadura cívico-militar sería otro gran ejercicio cultural y democrático.