Habemus Papa, ¿habemus más Francisco?
- Editorial Tobel
- hace 2 días
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El nuevo jefe de la iglesia católica comulga con la misma línea desplegada por el argentino Bergoglio: el de la doctrina social de la iglesia.

El estadounidense Robert Francis Prevost fue electo como el 267° líder de la Iglesia católica. Llega al Vaticano, así lo dice el derrotero del prelado, a partir de una alquimia elaborada por el fallecido Papa argentino, Francisco, Jorge Bergoglio. Lo sentó a su diestra a controlar el Dicasterio.
Una estratégica secretaría del Vaticano que actúa como si fuera una gran secretaría general, en este caso, del gobierno eclesiástico. Dicha secretaría (Dicasterio) pone la lupa, el tamiz y ausculta a obispos y cardenales. No por casualidad, Prevost, León XIV, todos los sábados como cardenal y titular del Dicasterio compartía desayuno de trabajo con el Papa Francisco. Conociendo el largo derrotero de Francisco, resulta sencillo comprender que fue armando su sucesión. El primer paso de Francisco a nivel de “rosca” interna fue nombrar un muy alto número de cardenales. Formar cuadros y bajar línea, con el objeto de recuperar el evangelio con mirada social inclusiva.
Seguramente, no por casualidad, Robert Francis Prevost eligió llamarse León, remitiendo a León XIII, el que en el siglo XIX, fines del 1800, comenzó a desplegar la denominada doctrina social de la iglesia. Para sectores conservadores, de derecha, o libertarios, es una clara postura “socialista”, “comunista”. Juan Domingo Perón baso no pocos pensamientos de la doctrina Justicialista en lo postulado por León XIII. En esta sintonía evangélica, Francisco incursionó su papado
No por casualidad, León XIV dijo al momento de salir al balcón frente a una multitud reunida en Plaza San Pedro: "seguimos escuchando aquella voz débil, pero siempre valiente, del papa Francisco que bendijo a Roma. El papa que bendijo Roma, que dio su bendición al mundo entero esa mañana de Pascua. Permítanme continuar con esa misma bendición”.
Agradeció a los otros 132 cardenales que lo eligieron y les pidió a ellos y a los fieles "caminar como Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, tratando siempre de trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para anunciar el Evangelio, para ser misioneros".
"Soy hijo de San Agustín, agustino, que dijo: 'con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo'. En este sentido todos podemos caminar juntos hacia la patria que Dios nos ha preparado", expresó.
La parte central de su mensaje la dedicó a la necesidad de que haya unidad en la Iglesia y en el mundo. "Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes, dialoga, siempre abierta a recibir, como esta plaza, con los brazos abiertos. A todos, todos aquellos que necesitan de nuestra caridad, de nuestra presencia, de nuestro diálogo y de nuestro amor", dijo León XIV.
"Queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que trata siempre de estar cercana especialmente a los que sufren".
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