Frente al negacionismo, San Martín no pierde la Memoria, hace camino al andar
“Señalización de Esquina” en homenaje a Gustavo Alejandro Cabezas
Imágen ilustrativa (archivo).
No hay peor derrota que la cultural, aseguran quienes, desde la sociología y política, analizan la vida de pueblos que padecieron y sufrieron el horror pergeñado por mentes asesinas. Así como la humanidad en tiempos recientes padeció el genocidio armenio (1915/18) por parte de los turcos y el Holocausto (1945) emanado del nazismo, en tierras nacionales la dictadura cívico-militar del 76 se llevó la vida de 30 mil personas. Con anterioridad, estos mismos profetas del odio que se mezclan entre la población, en nombre de la “libertad” asesinaron a 350 personas -muchos de ellos niños- en Plaza de Mayo; el recordado Bombardeo de Plaza de Mayo (junio 1955).
Pasaron no pocas décadas, un dolor inimaginable en cada una de las familias de los 30 mil desaparecidos y, sin embargo, aquel dolor fue convertido en una verdadera batalla cultural emprendida por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, organismo de derechos humanos, dirigentes sindicales y políticos, y millones de personas que, de manera pacífica, sin odio ni rencores, continúan consolidando el camino de Memoria, Verdad y Justicia.
Por eso, cuando en horas más en el municipio de San Martín, donde el gobierno municipal tiene en agenda los Derechos Humanos como política de Estado, se esté evocando y homenajeando al estudiante Gustavo Alejandro Cabezas de tan sólo 17 años, asesinado por la dictadura de 76, se hace más comprensible el valor de todo lo labrado en materia de derechos humanos.
El homenaje consistirá en la colocación de una “Señalización de Esquina”, en Congreso y Posadas, Villa Ballester. Esto sucederá el martes 5 a las 10 de la mañana.
Gustavo Alejandro Cabezas tenía 17 años, estudiaba en el Colegio “Emilio Lamarca” de Villa Ballester, militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en Zona Norte. Fue secuestrado el 10 de mayo de 1976 cuando repartía volantes en la Plaza 9 de Julio, Monseñor Larumbe (ex San Juan) y Beruti, localidad de Martínez, San Isidro. Gustavo estaba junto a “Kiti” Villagra, de 16 años, también estudiante, que fue asesinada por la espalda.
