Festejo, lágrimas y abrazos en el Centro Social y Cultural Vicente López
- Editorial Tobel
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Celebró el tercer año cobijando y conteniendo a víctimas de violencia de género y con adicciones.

Mientras unos disfrutan de las mieles del poder destruyendo conciencia, robando sueños y dinero de organismos públicos -por caso, en el área de discapacidad (ANDIS)- en nombre de la libertad, miles más apuestan a contener, abrazar y abrir ventanas esperanzadoras. Tal el caso de los responsables del Centro Social y Cultural Vicente López que desde hace tres años actúa como una suerte de Casa de Abrigo para víctimas de violencia de género y con adicciones. Recibe personas derivadas por la justicia, municipios y también a mujeres desesperadas que llegan por referencia en busca de una paz que no tienen en sus hogares.
“La violencia no sólo nos saca de nuestras casas, nos quita la autoestima, las fuerzas para seguir adelante, es terrible”, comentó Brenda, con su pequeño hijo en brazos y nacido al día siguiente de ser abrazada por el Centro. “Acá encontré una contención y una vida que no tenía, tuve a mi hijo, lo más importante”, agregó Brenda para sumar que “gracias a la gran ayuda del Centro y de las otras chicas hoy trabajo en un laboratorio”, mantiene su propio hogar y a su hijo.
Así como a Brenda le dieron las herramientas para que buscara la salida y labrara un camino esperanzador, Carla, con problemas de adicciones, también encontró en el Centro aquella “contención y paz” que no tenía en esas calles que la devoraban y consumían. Carla celebró los tres años del Centro junto a familiares que también se reencontraron con “la Carla de siempre, la alegre, la que trabaja y pone el hombro”, comentó visiblemente emocionada Andrea, su hermana.
Tres años de “intenso trabajo” que, al decir del dirigente y empresario PyMe -Néstor Bachés-, mentor y responsable del Centro junto a un equipo de profesionales, “nos da la tranquilidad, para decirlo de algún modo, de saber que no nos quedamos de brazos cruzados, ellas sufren y padecen la violencia, necesitan salir de esos círculos destructivos. Cerramos un año desafiante y lleno de aprendizajes”.
En estos tres años de vida el Centro llegó a contener a más de 14 mujeres, dándoles cama, comida y atención profesional. Y, sobre todo, buscándoles salidas laborales. Sin embargo, desde la llegada del nuevo gobierno nacional, los juzgados parecer omitir derivar mujeres. Sabido es que en la agenda oficial no figura atender violencia de género, adicciones y discapacidad.
Si bien el Centro recibe el acompañamiento del municipio de Vicente López, como es de imaginar, los recursos siempre resultan escasos. Es en este punto en que al dirigente, por lo visto, le sale el empresario (peronista) de adentro y recrea la cultura de la solidaridad, conseguir recursos. Así es como la cama tendida, un plato de comida y manos profesionales nunca dejan de estar presentes en el Centro.
“Cerramos un año desafiante y lleno de aprendizajes. Y esperamos seguir, de la forma que sea, con la misma convicción de trabajo y compromiso con la comunidad”, concluyó Bachés, reconocido dirigente político del espacio Primero Vicente López, que lleva a la practica con lo que tanto insistía el Papa Francisco: "nadie se salva solo".












