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Fernández, con firmeza y sensatez, metió el bisturí prometiendo querellar, por criminal, a Macri

En referencia a la madre de todas la batallas, que de no tener solución responsable, seguirá condenando a las actuales y futuras generaciones a más pobreza: la deuda externa.


De modo sereno, firme, y preciso, como si fuere un cirujano que trabaja de manera muy minuciosa sobre el cerebro a fin de poner en claro el panorama antes de practicar la incisión a fin de dar paso, en este caso, a una batería de medidas para el 2021, el presidente Alberto Fernández no dejó pasar por alto los logros obtenidos en medio de la pandemia y tras la crisis generada por el macrismo. No pocos analistas, consideran que el discurso del presidente vuelve a poner en agenda la iniciativa oficial. Sin embargo, y como suele suceder siempre, desde la oposición se cuestionó el discurso oficial."El relato de los hechos que hizo se quedó en el pasado y nos dejó llenos de incertidumbre sobre el futuro”, dijo el radical Mario Negri.


Al respecto, el primer mandatario, acompañado por la vicepresidenta Cristina Kirchner, y Sergio Massa, además de todos los ministro, durante el acto de apertura de la 139 Asamblea legislativa que da paso a las Sesiones Ordinarias en el Congreso de la Nación puso el bisturí sobre un tema delicado y que de no tener solución razonable y justa continuará comprometiendo el futuro de las actuales y futuras generaciones: el pago de la deuda externa, especialmente la contraída recientemente, 45 mil millones de dólares. Deuda que ha elevado la pobreza y pauperización social a límites nunca antes visto: 44% de la población vive en la pobreza.


En un reciente estudio realizado por el economista Emmanuel Álvarez Agis, quien hizo un cálculo entre un acuerdo clásico a 10 años y uno especial a 20 con el FMI, revela la imposibilidad objetiva de pagar semejante masa de dinero. En el caso de que Argentina en vez de pagar esa deuda entre 2021 y 2024 lo haga entre 2026 y 2031, con vencimientos anuales de capital de 7.500 millones de dólares durante esos seis años, sumando los vencimientos con acreedores privados en ese lapso, los pagos de intereses más capital sumaría 16.500 millones de dólares promedio por año, "lo cual luce claramente como inviable", sentenció. Con un esquema de repago a 20 años, los pagos serían de 12.500 millones de dólares por año estimo el periodista y economista Alfredo Saiat.


Al respecto, el presidente Alberto Fernández tuvo un fuerte anuncio al asegurar que se iniciará la "querella criminal" contra el gobierno de Mauricio Macri por la "malversación de caudales" en el período de mayor endeudamiento de la historia argentina.


"Conocen lo que nos costó ser parte del primer mundo", lanzó el mandatario, con ironía. Y agregó: "También conocen lo que fue el blindaje y el megacanje. En todos los casos aparecen los mismos actores que se repiten con el correr de los años. En todos los casos, los mismos privilegiados que medran con la crisis. En todos los casos, las mismas víctimas, argentinos y argentinas expulsados a la marginalidad de la miseria".


"Para que pongamos fin a las aventuras de endeudar al país, es necesario que endeudarse no sea gratis y que dejen de circular impunes dando clases de economía en el país y en el mundo aquellos que generan esas deudas. Por eso, he instruido a las autoridades permanentes para que formalmente inicien querella criminal tendiente a determinar los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y de la mayor malversación de caudales que nuestra memoria recuerda", aseguró el presidente.


Alberto Fernández aclaró que el Gobierno no quiere “apurarse” para cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y aseguró que quienes se apuran son “los pícaros” de siempre. Además, el presidente fue a fondo con la crítica a la gestión macrista y pidió que los responsables del endeudamiento “reconozcan sus errores”.


Por otra parte, Alberto Fernández destacó el desempeño de empresarios, movimientos populares, iglesias, organizaciones sociales, científicos, fuerzas armadas y de seguridad, diplomáticos, universidades, equipos docentes y directivos en el marco de la pandemia por el coronavirus. También planteo el tema de una acuerdo de precios que garantice que a ningún argentino le falte la comida en la mesa.


En materia judicial otro punto extremadamente insostenible en el país, en tanto y en cuanto el Poder Judicial actúa como si fuera un noble y servil caballero de una monarquía, el primer mandatario confió que el “el Poder Judicial está en crisis, parece vivir en los márgenes del sistema republicano.

Y agregó: “Sus miembros disfrutan de privilegios de los que no goza ningún miembro de la sociedad. Ningún magistrado ni funcionario judicial paga hoy el impuesto a las ganancias que sí tributan millones de trabajadores y funcionarios del sector público y privado. En el caso de los miembros de la Corte Suprema, acceder a la declaración jurada de sus bienes es virtualmente imposible”.


Según Alberto Fernández, el Tribunal Federal de Garantías tendrá competencia exclusivamente en cuestiones de arbitrariedad y al que se podrá llegar por vía del recurso extraordinario. “De ese modo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación podría circunscribir su competencia a aquella temática que la Constitución Nacional expresamente le ha dado”, indicó.

Durante su extenso y minuciosa discurso, mencionó el tema tarifas asegurando que las misma deben ser “justa y pagables” por lo que propuso un sistema tarifario segmentado en que el que más tenga más pague. Esto en beneficios de aquellos sectores que en épocas recientes debía debatir entre pagar tarifazos y comer.

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