Dolor por la partida de Edgardo Saraceni
Hombre de derecho forjado en la ética militante
Cuando aún la vida deja margen para seguir transitando, juntos y a la par, los dioses requirieron de los servicios de Edgardo Saraceni (80). Conocido y reconocido dirigente del peronismo de San Isidro, que supo abrazar la militancia desde su juventud más temprana, el jueves su corazón dijo basta.
Partió a otro escenario dejando un manto de dolor, pero, sobre todo, habiendo hecho camino al andar. Fue un ejemplo de ética militante, desde su paso como estudiante secundario y en los estrados universitarios. Una ética militante que, más de una vez, lo llevó a enfrentarse apasionadamente defendiendo convicciones. No desde la terquedad. Muy por el contrario. El debate de ideas y priorizar el nosotros sobre el yo, guió su largo derrotero.
No por casualidad estuvo acompañando al mítico dirigente y diputado nacional, Darío Alessandro, como secretario y asesor. Lo hizo junto a una joven Teresa García. Ese fuego militante, alimentado por quien fuera fundador de FORJA que tanto le aportó al peronismo, seguramente habrá actuado en Edgardo como bálsamo para que la defensa de las convicciones no sea enterrada por la tozudez. En Edgardo siempre prevaleció la persuasión y la seducción. Aquellas que suelen tener aquellos que hacen de la vida un acto de fe y entrega sin que esto lleve a humillar o desestimar al que piensa distinto. No por casualidad, todos, y cuando decimos todos son todos los sectores políticos, tenían en él a un referente con quien buscar alquimias políticas que mejoren la vida del ciudadano de a pie.
Hoy Edgardo nos deja. Quienes supimos disfrutar de tu bonhomía, tu don de gente, el conocer a un tipo que eligió ser, ante todo, buen tipo, te vamos a extrañar. Sin embargo, nos dejás tu recuerdo y una bella mujer (Kuka) y nieto que más temprano que tarde, seguramente, recogerá esas semillas que fuiste dejando a lo largo de tu bella y rica vida.
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