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“Las Manos del odio” ganan la calle, la tolerancia te la debo

Con el pretexto de que Argentina atraviesa una "infectadrua" y que no "hay libertad" sectores opositores enrolados en Juntos por el Cambio convocan a salir a las calles paras "hacernos sentir"

Foto: Mauricio Macri de vacaciones en la Costa Azul, Francia, y con una interna feroz en Juntos por el Cambio, estimula y alienta a sus militantes a "cuidar la libertad" y "resistir" por todos los medios

Por: Tano Armaleo.-Muchas palabras y ninguna voz. Muchas quejas y ninguna propuesta. Mucha bronca, odio, ignorancia y nula voluntad para comprender y respetar al otro, al próximo. Así se desprende de la convocatoria que realiza el macrismo para la jornada de hoy invocando, nada menos, que al Gral. San Martín. Fácil sería basarse en el ideario y pensamiento del prócer para argumentar que el criterio de los que saldrán a la calle, lo que estos “buenos muchachos y muchachas” dicen reclamar, es su contracara. Dicen, lo ilustra el genial actor y pésimo ciudadano, el radical Luis Brandoni, al momento de convocar a la marcha, que la República está poco más que inmersa en una suerte de desquicio institucional.

Los convocantes del macrismo, es decir Cambiemos- PRO, UCR, CC-, a la hora de llamar a rebelarse contra el gobierno utilizan palabras como “infectadura”, “falta de libertad”, “no hay justicia”, “se quieren quedar con nuestras propiedades”, “no hay libertad de prensa” y una caterva de expresiones infundadas que por ser tan infundadas y mentirosas, no merecen ser discutidas.

Tan groseros, irrespetuosos, intolerantes e irresponsables resultan estos “buenos muchachos y muchachas” que una energúmena invitó a tomar Dióxido de Cloro. A los pocos días, los padres de una criatura le dieron a su pequeño hijo dicha “medicina”: murió. De ahí a invitar a consumir una línea de cocaína o crac, hay un paso.

La locura de la energúmena en cuestión, no fue ni es un hecho aislado. Su mala fe, al igual que la suprema ignorancia con la que se presenta diariamente no difiere a la de la mayoría de los dirigentes opositores enrolados en el macrismo. En esa marcada intolerancia y absoluta falta de respeto sobre un gobierno que apenas lleva meses de ejercicio -que ni en medio de las muertes y contagios paran un minuto; sólo les preocupa desestabilizar y buscar votos- radica el ADN de los que hoy estarán expresándose libre y democráticamente.

En el país que dicen que “no hay libertad”, “no hay justicia”, vivimos en una “infectadura” y "esto es un Estado fascista", además tienen el tupé de amenazar con perseguir a los epidemiólogos, tal cual marcó el macrista Miguel Angel Pichetto, estos “buenos muchachos y muchachas” salen a la calle sin que la justicia lo impida, con el acompañamiento del 80% de los principales medios de comunicación y sin que las fuerzas de seguridad los pare o detenga por no tener permiso de circulación. En Baviera, Alemania, donde por lo visto también gobierna una “infectadura”, el gobierno impuso más de 12.000 multas, que en algunos casos alcanzó los 500 euros, a los ciudadanos que circularon sin permiso y violaron el aislamiento. España y Francia, otros de los países donde también impera la “infectadura”, imponen serias sanciones a quienes violen las disposiciones sanitarias. No en vano, producto del rebrote de contagios, están volviendo a fases más restrictivas. Además, en aquellos confines del planeta, como para que no quede dudas de que allí también impera la “infectadura”, se prohíbe fumar en las calles: en esto la policía es implacable. Dicho esto, sin entrar a analizar la caída de las economías que en el área europea tienen un promedio del 11%; Argentina entre un 6 y 8%. Como se observa, esto no es patrimonio nacional. Es un pensamiento, derecha recalcitrante, que atraviesa el mundo y no se muestra proclive a la tolerancia: es como digo yo, o no hay República.

Por lo tanto, ¿de qué están hablando en Argentina estos “buenos muchachos y muchachas”?. Por qué no se sinceran y oficializan, verdaderamente, y dicen que quieren desestabilizar al gobierno. Desde el 10 de diciembre a la fecha no se han cansado de poner palos en la rueda. Nunca se les cayó una idea, una propuesta. Sólo saber defender intereses corporativos, de maleantes, evasores y estafadores. ¿Les suena Correo Argentino, Vicentín, Peajes, Parques Eólicos, Tarifazos, Banco Central, Panamá Papeles, Espionaje ilegal, y varios etc. más?. No, claro. La intolerancia, el odio no les permite ver qué hay detrás del árbol. Afortunadamente, desde 1983 a la fecha el país ha ido escalando mejoras institucionales, con altas y bajas, por cierto, pero siempre avanzando. Aún cuando “las manos del odio”, como dice la canción de Mercedes Sosa, manipulan y operan diariamente.

En definitiva, todos buscamos un país mejor. Sólo que unos pensando en que la salvación es individual, otros, considerando que la salida es colectiva, solidaria, inclusiva y diversa. En el medio debiera prevalecer la tolerancia, el respeto que, a la luz de acontecimientos, no es precisamente lo que guía a los que hoy saldrán a blandir su bronca corporativa. Mientras el presidente intenta tender puentes, lo que le vale no pocas críticas de algunos sectores internos, otros prefieren marchar y dinamitar cualquier intento que permita cruzar la grieta.

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