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Mientras la inseguridad acecha: la provincia cierra el ingreso para Policías Locales


Preocupación de intendentes

A partir de la decisión política de la gobernadora Vidal, 82 distritos de la provincia de Buenos Aires que poseen Policía Local (visten prendas azul y blanca) dejarán de sumar agentes de esta fuerza. La intención de las autoridades provinciales es que este año deje de haber ingresos en las distintas escuelas que los municipios montaron para capacitar a los uniformados. Cuestión que afecta seriamente a municipios de la región que, además de tener las mencionadas policías, también montaron las correspondientes escuelas de formación. De acuerdo con la escasa información oficial, el gobierno de María Eugenia Vidal decidió frenar el aumento de estos uniformados, lo que anticipa una nueva pelea con los intendentes. El mismo malestar expresan vecinos que temen que esto deje a las calles con menos efectivos uniformados.

Si bien la denominada Policía Local (PL) es cuestionada por la mala calidad profesional -egresan con menos de un año de formación- (lo que no significa que la otra, La Bonaerense, sea óptima, muy por el contrario, es parte del problema), los intendentes ven a las PL como un muy buen recurso en materia de presencia uniformada en las calles. Para algunos jefes comunales, fusionar las PL a la Policía Provincial es como volver a empezar. A partir de la existencia de una “Bonaerense” cargada de corrupción, tal cual denuncian distintos sectores sociales y políticos, es que se comprende parte de la preocupación.

“El reclamo sigue siendo el del traspaso de esta fuerza a los municipios. Es una policía que nació para que la conduzcamos y nos queremos hacer cargo, porque ya nos hacemos cargo cuando nos golpean las puertas protestando por la inseguridad”, expresaba ante la prensa el intendente de General San Martín, Gabriel Katopodis. Cabe recordar que las PL fueron creadas a instancias del anterior gobierno. Si bien los intendentes se acoplaron a la iniciativa, aún hoy reclaman la descentralización: que cada jefe comunal tenga tanto la administración como control de los uniformados. Tanto los uniformados como las autoridades políticas vienen resistiendo el traspaso. “Es mucho el dinero y poder que dejarían de tener políticos y jefes policiales”, comenta a este medio un senador provincial integrante de la Comisión de Seguridad provincial.

Por lo pronto, la avanzada del ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, -que Vidal terminó comprando- será que en los distritos de menos de 70 mil habitantes (son 29) se fusionarán con la policía comunal, mientras que en las ciudades del Conurbano más populosas no sólo dejarán de sumar agentes sino que ya les anunciaron que buscarán la disminución de personal policial.

Al momento de requerir opinión de intendentes de la zona norte, todos optaron por aguardar a tener mayores elementos informativos y saber con precisión el rol que se les asignará a ellos o si sólo “vamos a ser buenos para pagar lo que la provincia no quiere aportar”, argumentaba ante Lo Nuestro un jefe comunal de la Región Norte. Lo llamativo dentro de tanto silencio oficial es que mientras en la CABA la descentralización de la Policía de la CABA tomó volumen, en la Buenos Aires de Vidal parecieran tener todo en caja; ser ellos los que distribuyan el juego dejando a los intendentes (macristas incluidos) como meros espectadores. Y a la población padeciendo la inseguridad.


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