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Milei, ¿hábil o perverso?

Montado en un discurso intolerante y autoritario, convocó a gobernadores a firmar el "Pacto de Mayo", en tanto y en cuanto le aprueben la ley ómnibus. Se metió en la interna del PRO, castigó a la oposición y nada habló sobre las necesidades que reclama la población.



El discurso del presidente Javier Milei durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación -viernes 1º de marzo- volvió a ratificar lo que la población considera, según de qué lado de la vida se pare, que estamos ante un ser perverso, manipulador o un hábil político. En ambos casos, lo más certero es que el modelo ideológico que lleva adelante (anarcocapitalismo) augura un fracaso rotundo. La realidad lo confirma. También 7 de 10 indicadores sociales y económicos.


Si el sentido de la oportunidad, el fijar agenda guía a todo político, lo que planteó el primer mandatario durante su relato ante las y los legisladores, en particular al convocar al “Pacto de Mayo”, bien podría inscribirse en este sentido: hábil o perverso.

“El loco”, tal cual el título del libro que retrata de manera muy gráfica al presidente y su hermana Karina, “El jefe”, donde el maltrato y falta de afecto de sus padres marcó su vida al punto tal de ser una persona sin amistades y trabajos estables.


El discurso del presidente Javier Milei durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso y limitada capacidad profesional, se presentó ante la Asamblea legislativa con el tradicional matíz fundamentalista y violento que le permitió ganar las elecciones. No son pocos los que definen al primer mandatario como terrorista político ya que volvió a plantear que no hay otro camino que “apoyar las leyes Base” (ómnibus) y el DNU, o se viene el caos. Lo dice sin sonrojarse montado en una supuesta honestidad, dando por sentado, él al igual que su tropa de seguidores y medios de prensa afines, que lo que argumenta es cierto. En el caso de que su honestidad fuera indiscutible, Milei asegura que es el “enviado del cielo”, esa fuerza que hace todo invencible y que en muchos casos destruyó pueblos y culturas enteras. La má reciente se remonta al genocidio armenio y al holocausto; más cercano en el tiempo los crímenes perpetrados en Gaza.


Milei, durante su alocución, abundó en falsos datos, por caso, que paró una inflación del 15.000%, o que “se acaban los curros en el Estado”, que combate las mafias y que “estamos eliminando a la casta”. Tema muy aplaudido por dirigentes como Daniel Scioli (presente en el palco) y Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados quien acaba de nombrar a su primo, de 22 años (estudiante universitario) como funcionario, con sueldo de más de 2 millones de pesos.

 

En esto de ponderar que la postura de Milei podría inscribirse en el plano de la habilidad política, no pocos lo vieron, además del Pacto de Mayo, más cercano a una extorsión que a un gran acuerdo nacional (lo ofrece a cambio de que le aprueben el DNU y la ley ómnibus), picardía en meterse en la interna del PRO. De sus ministros, sólo rescató a la ex Montonera tira bombas Patricia Bullrich, enfrentada con Mauricio Macri. Al resto de la “gente de bien”, que lo acompaña levantando la mano y prestando dirigentes para la función pública -PRO y radicales-, los volvió a maltratar. Una jugada que sólo se podría entender en el ánimo de seducir a ese electorado y no a la dirigencia de Juntos por el Cambio, a la cual considera “la casta”.

Milei, en esto de creerse portador de un mensaje bíblico, insistió ante el Congreso que es “la fuerza del cielo” la que habilitará que “el país deje 100 años de decadencia”. Por lo tanto, como portador de aquel mensaje que le dieran en su momento sus “hijitos de cuatro patas” (perros) durante una sesión de tarot, se cumplirá sin necesidad de buscar aliados. Y aquellos que sí lo quieran se los invitó a suscribir los 10 puntos del Pacto de Mayo. Suscribirse a libro cerrado.


Fiel a su estilo, el intolerante y autoritario presidente buscó definir con nombre y apellido a sus enemigos. Así considera a quienes no aceptan lo que él piensa y propone. Enemigos, término muy utilizados por la izquierda hasta que el muro de Berlín cayó. Por lo visto, el muchacho no quiso enterarse.


Por lo pronto, puso en el escenario a los enemigos, no a los “zurdos de mierda”. Prefirió ir por los peronistas: Cristina Fernández, Sergio Massa, Pablo Moyano, Juan Grabois y Roberto Baradel. Los manuales de conducción política aconsejan elegir al adversario. Especialmente entre aquellos que verdaderamente puedan socavarle poder. Definió a estos peronistas como “jinetes del fracaso”.


Tal vez, consciente de que su fundamentalismo ideológico se encamina al fracaso, y sin que se descarte un estallido social inimaginable, Milei, aconsejado por algún sensato, puso al peronismo como el gran “enemigo nacional”. La historia ha demostrado que fue el peronismo, junto a otras fuerzas del campo popular, el que debió sacar las papas del horno cuando las crisis acechan a la población.


Milei nada dijo sobre jubilados, trabajadores, la industria nacional, la salud, la educación, la ciencia y tecnología, los más vulnerables, es decir, la gente de bien. Le habló sólo a los mercados. A un mercado selectivo, especulativo y a una platea que, como devotos fundamentalistas, nada cuestionan a su líder mesiánico.

En menos de 100 días, Milei y Macri aumentaron la pobreza en 13 puntos; algo nunca antes visto. A la inflación la llevaron, devaluación del 120 incluida, en menos de 100 días a un 60%. La capacidad industrial instalada cayó del 72% al 60%. Por primera vez en la historia, el Banco Central se endeudó en dólares: 6000 millones a través de bonos (BOPREAL) para financiar al sector privado. La recaudación del IVA cayó un 33%, lo que denota el bajo nivel de consumo de la población. Índice similar tuvo la actividad comercial según datos aportados por CAME. Se suspendió la obra pública, el tendido de agua potable y red cloacal ya no llegan a los barrios. Los comedores y merenderos de todo el país no están recibiendo alimentos y, a los que el Estado les entrega, sólo lo logran en ínfimas cantidades. Se eliminaron programas sociales y médico-asistenciales. Se desfinanció la educación dejando, por ejemplo, a las universidades nacionales sin solución de continuidad. Esto fue expuesto por todos los rectores del país.


El listado de destrucción nacional podría continuar engrosando páginas.


Por lo pronto, Javier Milei gana tiempo político mientras el DNU continúa vigente con todo lo que esto significa. También gana tiempo una oposición que, como es de esperar, deberá dejar de lado el duelo de la derrota. Una oposición que, en medio de tanta intolerancia, autoritarismo y violencia institucional tendrá que reconsiderar su discurso para volver a enamorar. La historia beneficia a la oposición con un rico bagaje político. Es sólo cuestión de desempolvarlo, adecuarlo a los tiempos que corren, elaborar un nuevo contrato social.

Cuando los pueblos bendicen a personajes como Milei, seguramente habría que buscar, en parte, errores y falta de eficiencia de anteriores gobiernos. No pocos votas y creen que todos los y las diriegentas son iguales. La realiad lo desmiente. Es una cuestión de modelo, de ideologias

Mientras tanto, Milei será ¿un hábil o perverso y político?. No hay punto medio. Una u otra cosa. Lo que no implica llevar el debate al extremo de la violencia explícita, tal cual impulsa el gobierno.

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