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¿Milei es un ensobrado al igual a los que acusa o todo es mera presunción?

De Carlos Menem a la actualidad


Por: "Tano" Armaleo En la complicada alquimia ideológica del presidente Milei, todo aquel periodista que no comulgue con sus ideas u ose criticar alguna de sus medidas es un ensobrado. Por lo tanto, todo aquel que sí comulga con su pensamiento, se podría inferir siguiendo el extraño pensamiento presidencial, también reviste en la categoría de ensobrado. Es decir, los Majul, los Viale, los Rossi, los Trabuk, los Fantino, los Leuco de la vida y tantos otros operadores mediáticos ingresarían dentro de la categoría de ensobrados.   


En realidad, es un secreto a los cuatro vientos que más de un profesional de operaciones mediáticas, que se inmola por defender al primer mandatario, están ensobrados. El primero es  el propio Adorni, el vocero presidencial que, en esto de inmolarse por el fundamentalismo que profesa Milei, logró un salariazo extraordinario: de secretario de Estado fue ascendido a ministro. Un ensobramiento que le permite obtener varios millones de pesos al mes gracias a semejante recategorización.


Durante el gobierno de Carlos Menem, vale recordar,  se conoció, de primera mano, que la oscura SIDE -Servicio de Inteligencia del Estado- entregaba sobres a varios periodistas. Aquel secreto que todo el mundo conocía en redacciones y empresas periodísticas fue confirmado por el periodista Guillermo Cherashny, entre otros.

La llegada de Fernando de la Rúa, prometiendo revelar la lista de ensobrados, quedó en el intento. Decenas de “ilustres” y  acartonados periodistas y fundadores de medios impidieron que la lista alcanzara la luz.


En realidad, la SIDE, que tenía millones de dólares disponibles como fondos reservados, no sólo bancaba a escribas. Empresas periodísticas también fueron de la partida. No muy distinto sucedía en tiempos de Mauricio Macri. Ya no era la SIDE, sino la Agencia Federal de Investigación (AFI) que también tenía fondos reservados y los utilizaba tal cual quedó demostrado, para operaciones ilegales.


El gobierno de los hermanos Milei tampoco escapa a la tentación de ensobrar. Mucho menos cuando del otro lado del mostrador, el “dios dinero” seduce a un par de operadores a cambio de inmolarse por la causa. Bastaría escucharlos o verlos por las pantallas para corroborar que, si no están ensobrados, cuanto menos están atravesando un proceso de amnesia importante. Han perdido, han decidido, tal vez seducidos por el “dios dinero”, dejan de lado un eje central del periodismo: la repregunta, creer que todo lo que dice ln entrevistado es cierto. Perdieron la capacidad de interpelar, el sentido común; ingresaron al rango de operadores.


¿Viale es el mismo que supo criticar fuertemente a Macri para pasar a ser poco más que un exegeta de él?;  ¿Majul es el mismo que supo escribir, y denunciar, a “Los Dueños de la Argentina” para ser, en la actualidad, un fiel ladero del poder?.   La Argentina de los hermanos Milei sólo es viable con ensobramiento. ¿Será el presidente el primer ensobrado del poder real?. Es decir, “es ensobrado de esos cuatros empresarios que coronaron Ministerios y digitan, de verdad, la política a seguir mientras el presidente se enorgullece con un agresivo y desquiciado discurso que tanto gusta a un electorado que lentamente comienza a sentir la crisis en los bolsillos?.


Tal vez, un buen ejercicio para comprobar los ensobramientos es realizar una suerte de ADN fiscal a estos individuos. Días atrás denunciaron que el presidente Milei tendría depositado un patrimonio de más de 23.000 millones de pesos, cerca de 23 millones de dólares. Cuesta imaginar que por dar charlas haya logrado semejantes ingresos.

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