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Más grieta de Juntos por el Cambio: nada de diálogo con el Frente de Todos

Guiados por voces como las de Bullrich, Macri y Larreta, exponen argumentos baladí para no subirse al escenario de la tolerancia y respeto en la diversidad


Mientras el oficialismo brega, a partir del atentado contra la vicepresidenta, por “bajar un cambio” y buscar mecanismo de “diálogo” y de “mayor tolerancia” que haga más armoniosa y saludable la cotidianidad, desde Juntos por el Cambio se muestran renuentes. Así surge de no pocas voces del macrismo. “Hasta que no hayan boqueado, que no estén en el piso, nada de diálogo”, se pudo leer en el matutino Clarín dando por sentado cuál es la práctica política que guía a dicho espacio nacional.


Quien también desestimó entablar un diálogo, que no implica como dicen en el gobierno del Frente de Todos “renunciar a convicciones”, fue el presidente Mauricio Macri días atrás. Mediante lo que intentó ser una humorada o ironía, el ex presidente señaló que sólo entablaría una reunión “con la Constitución Nacional en la mesa”. No faltó quien dijera: “perfecto, sería una buena ocasión para que de una vez por todas la lea, y la respete”.


Por su parte, y en tren de violentar discursos y romper todo tipo de puentes y seguir apostando a la grieta inconsistente, el jefe de gobierno de la CABA, Horacio Larreta insiste que con el “kirchnerismo no se sienta”. Una excusa que le calza como para justificar no sentarse a dialogar con el oficialismo. Postura más vehementes y agresivas utiliza Patricia Bullrich cuestión que se vio claramente reflejadas al momento de producirse el intento de magnicidio sobre CFK: aun hoy no repudio el hecho


Lo propios sucede con sectores del radicalismo. Mientras Aldo Negri, Rodolfo Cornejo, por caso rehúyen en sentarse a la mesa, otros “bionas blancas” no muestran pruritos. Tal el caso del diputado Facundo Manes y el gobernador de Jujuy Gerardo Morales.

De este modo, mientras el Frente de Todos y en particular la vicepresidenta, la figura más fustigada y agredida por la derecha, dejan de lado estas cuestiones y prefiere apostar en buscar mecanismo de sensatez y respeto institucional, el macrismo marca el paso dentro de Juntos socavando todo tipo de entendimiento.

Si la política es la resolución de los conflictos, evitar profundizar las contradicciones si estás no pueden ser resueltas a través del debate, buscar el “diálogo a cualquier precio personal2 tal cual profesaba Raúl Alfonsín y se sentó con Carlos Menem, queda claro que, en Juntos por el Cambio, y en particular Mauricio Macri que parecer ser el que controla y redacta la carpeta política, optan con el camino de la confrontación. Ampliar la grieta.

Cuando esto sucede, la pregunta lógica es que si algún día han de gobernar -la derecha- requerirán de las manos de aquellos que hoy fustigan para poder sancionar leyes. Esto es lo que está sucediendo en estos momentos. Juntos por el Cambio pole palos en la rueda en el Congreso, cuando no directamente se niegan en dar debate a cuanto proyecto presenta el Frente de Todos.


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