La concejala María Feldmann de Maurette pasó el límite, alabar a una asesina
La edil libertaria de San Isidro volvió a alabar a la inglesa asesina Margaret Thatcher en la sesión del 2 de mayo, día en que se cumplían 42 años del hundimiento del crucero General Belgrano durante la guerra de las Islas Malvinas y al momento de realizarse un homenaje al ex combatiente José Mauricio Castillo.
Por: Fernando Gañete Blasco.- Hace poco más de un año los argentinos en su conjunto, unidos, con la bandera nacional bien arriba, vestidos de celeste y blanco cantábamos: “... por los pibes de Malvinas que jamás olvidaré...”. Hoy desde un sector de la política se idolatra a quien dio la orden de asesinar a muchos de esos chicos. Oportunamente fue el propio Javier Milei quien declaró su admiración a Margaret Thatcher en pleno debate presidencial con Sergio Massa cuando éste le consultó si era así, lo aseveró y quiso dar una explicación con un ejemplo tan frívolo como sentido por Milei, comparando los goles de Mbappé con la muerte de chicos argentinos cuando comparó diciendo que no había que odiar al francés por hacernos goles en la final del Mundial con la británica que mandó hundir el Ara General Belgrano que estaba fuera de la zona de exclusión por lo que fue un Crimen de Guerra. Milei no sólo no tuvo costo por semejante acto de traición al país, sino que fue elegido presidente de la Nación.
Ahora la concejala libertaria de San Isidro, María Feldmann de Maurette, ratificó la admiración a dicha mujer inglesa asesina: Lo paradójico es que fue en el marco de la sesión del Concejo Deliberante del 2 de mayo, día en que se cumplían 42 años del hundimiento del crucero General Belgrano durante la guerra de las Islas Malvinas. En la sesión estaba presente el ex combatiente de Malvinas, José Mauricio Castillo, que vivía en el barrio de La Cava cuando fue convocado para ir a la guerra, debido al proyecto de homenajear con la construcción de un monumento que será enclavado en la Plazoleta de avenida Andrés Rolón e Intendente Tomkinson para “homenajear en vida” al ex soldado.
La concejala de Unión por la Patria, Manuela Schuppisser, solicitó la palabra para recordar que quien ordenó hundir ilícitamente el Ara General Belgrano es la ídola del presidente Milei. A continuación, Feldmann manifestó: “Nos sumamos a los dichos de Milei sobre la señora Margaret Thatcher. Nuestro presidente la ha destacado como una estadista que ha sacado a su país adelante. Más allá de haber vivido una guerra contra Inglaterra, quiero destacar las palabras del señor presidente, más allá de que nosotros hayamos vivido una guerra contra Inglaterra, quiero destacar las palabras del señor presidente” casi desconociendo la responsabilidad de Thatcher en la muerte de nuestros soldados e ignorando al ex combatiente allí presente. Tal fue la vergüenza que provocó, que el propio presidente del HCD, Dr. Martín Vázquez Pol, de la UCR y elegido por el partido aliado al gobierno JxC, que preguntó: “¿Qué es esto, un homenaje a Thatcher?”
Esto puede ser un ejemplo de lo que acontece en la política en el país, más allá de la desagradable experiencia sanisidrense. Representantes de la ciudadanía cada vez con menos vuelo intelectual y con bajo (o nulo) costo. Años atrás no hubiera pasado tan desapercibido. La desaprobación hubiera sido rotunda y tan contundente que desde la ciudadanía, la oposición, los medios y hasta, en algunos casos, de la justicia, que no podría mantenerse en ese lugar. ¿Esta gente representa el sentir de quien los votó? ¿Será que se naturalizó tanto la falta de representatividad y empatía de los dirigentes políticos para con la sociedad que ésta acepta que digan cualquier cosa?
Se supone que las personas que perciben un salario de las arcas del Estado (sea policía, médico, enfermero, militar, funcionario, empleado público, docente, etc) lo primero que debieran tener es vocación de servicio para con el otro y empatía para entender lo que le sucede al ciudadano. En muchos casos esto no se da, en gran medida por la construcción individualista que el capitalismo fue realizando. Por ello aparece el desencanto y la indiferencia de la sociedad. De esta forma los aprovechadores de siempre lo utilizan para sus intereses y, en lugar de mejorar la calidad, meten buenos y malos en la bolsa de estos últimos para desprestigiarlos y así intentar, por un lado, destruir al Estado para beneficio de los privados que buscan nuevos negocios y aumentar la rentabilidad, y por otra parte poner serviles de los poderes económicos en la política con la excusa de: “son todos iguales”.
Imaginemos a políticos de la talla de Germán Abdala, Juan Carlos Pugliese, Darío Alessandro, “Chacho” Jaroslavsky o Alfonsín y Néstor Kirchner, de esta última etapa de la democracia, por no citar a históricos como Alfredo Palacios, Yrigoyen, Illia o Perón, comparado con los Milei, Lilia Lemoine, Fernando Iglesias, Benegas Lynch, Macri o De Loredo de hoy. La pregunta sería: ¿Qué nos pasó?
La sociedad y dirigencia comparten la responsabilidad, pero sobre todo de esta última que parece que quiere que traccionen las bases en vez de tomar las riendas. Cuando hablamos de la dirigencia nos referimos a aquellos que tienen eso que mencionamos anteriormente, vocación de servicio. Pero pareciera que cada vez son más los que buscan que la política les sirva a ellos que ellos servir a partir de la política. Uno de los motivos del desencanto de las bases.
Muchos ciudadanos se sienten cada vez más cansados y la realidad les duele cada vez más. Habrá que ver qué puede suceder si ese dolor se hace insoportable cuál podrá ser la reacción de la dirigencia y si estará a la altura de las circunstancias.
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