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Juegos Olímpicos: sin política nacional no hay medallas

Más allá de la pandemia que limito el trabajo, los resultados nacionales son el reflejo de años de desfinanciamiento al deporte

Por: Fernando Gañete Blasco.- Se terminaron los Juegos Olímpicos Tokyo 2020. Quizá los más raros de la historia: sin turistas, sin público, los deportistas con tapabocas y disputándose un año después de lo debido, con la incertidumbre hasta días antes si se llevaban a cabo o se suspendían. En materia deportiva no hubo grandes diferencias con otros Juegos, se rompieron récords y el espectáculo cubrió las expectativas, más allá de ser los primeros Juegos Olímpicos sin Michael Phelps y Usain Bolt tras el retiro de ambos.

Para los argentinos quedó un sinsabor por la pobre cosecha de medallas de nuestro país. Eso tiene varios motivos. La memoria corta apunta hacia la pandemia, es una de las razones. Es cierto que el Covid-19 se sufrió a nivel global. Pero los deportistas más damnificados fueron los de aquellos países donde se tiene escasa infraestructura y baja competencia local de excelencia. La Argentina está entre ellos. Muchas veces nuestros deportistas requieren realizar la preparación en países mejor preparados, en general en países desarrollados.


Uno de los principales motivos de la baja cosecha está íntimamente vinculado con las políticas deportivas y su presupuesto. Cuando se habla del dinero que se invierte en el deporte no es sólo en el alto rendimiento, sino en el recreacional y el de base. Pero, a la hora de evaluar las preseas conquistadas en un juego olímpico, no hay que tomar el presupuesto del mismo año de la máxima competencia, sino los cuatro años del ciclo olímpico. Hoy los atletas ya están pensando y preparándose para París 2024. Durante ese cuadrienio los deportistas de élite tienen que tener lo necesaria para estar concentrado sólo en su actividad. En tanto, aquellos que vienen creciendo merecen las oportunidades para seguir elevando su nivel para poder clasificar. Esto incluye viajes para competencias, equipamiento de excelencia y cubrir sus gastos. Todo ello tiene un costo directamente proporcional al valor que el Estado le da al deporte.


Hay distintas miradas al respecto. Es indudable la importancia que los países desarrollados le dan a la actividad deportiva, ya sea esta de alto, mediano rendimiento o recreacional. En nuestra región hay gobiernos que lo priorizan, porque saben de la relevancia que el deporte tiene a nivel social e inclusive, para la salud de sus ciudadanos. Así como otros gobiernos (que tampoco priorizan ni la salud ni lo social) consideran que el deporte se debe mantener con presupuestos privados (patrocinios o de su propio peculio). Por supuesto que ni el deporte de base, ni el deporte social son prioridad para ellos. En general, estos son afines a políticas económicas neoliberales.


El deporte -está comprobado- aporta a lo social, a la salud, a la cultura y al crecimiento de una sociedad, por los valores que el propio deporte expresa, tanto a nivel individual (sacrificio, resiliencia, amor propio, esfuerzo, superación, entre otros) como colectivo (solidaridad, compromiso con el otro, trabajo en equipo, cooperación, disciplina, etc.). Esto hace al comportamiento de los componentes de una comunidad. Es por ello de la consideración que se le tiene en los países desarrollados.


En la Argentina, para el 2016, el presupuesto nacional destinaba a la Secretaría de Deportes de la Nación $1.315 millones que con un dólar oficial a $12 eran aproximadamente U$S 110 millones. Con Mauricio Macri como presidente se le adjudicó al 2017 $1.433 millones que significaban al cambio, cerca de U$S 91 millones. Para el 2018 se bajó el presupuesto en moneda argentina en $336 millones lo que era casi la mitad del presupuesto de dos años atrás en dólares. Ya en el 2019 de Secretaría de Deportes se bajó a la categoría de Agencia, otra vez la merma fue en pesos lo que eran apenas U$S25 millones. Con el nuevo gobierno, además de volver al rango de Secretaría subió el presupuesto a $2.900 millones (U$S 43 millones). A raíz de la pandemia, en 2021, si bien aumentó a $3.112 millones, en dólares bajó ocho millones.


2016 $ 1.315 millones (dòlar a $12) u$s 110M

2017 $ 1.433 millones (dólar a $15,7) u$s 91,27M

2018 $ 1.097 millones (dólar a $19) u$s 57,70M

2019 $ 991 millones (dólar a $40) u$s 25M

2020 $ 2.900 millones (dólar a $67) u$s 43M

2021 $ 3.112 millones (dólar a $89) u$s 35M


Como si eso fuera poco, en el 2014, por el artículo 39º de la Ley 26.573, el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) recibía el 1% de la facturación de la telefonía celular para financiar a los atletas. En el 2014 recaudó $ 321 millones. En 2019 el gobierno de Mauricio Macri derogó esa ley (pero no se le devolvió ese 1% a los clientes, sino que se lo cobraron las compañías telefónicas). Coincide con que meses antes Telecom y Personal son comprados por el Grupo Clarín.


A la hora de la cosecha, son el presupuesto, pero también las políticas deportivas que se desarrollan en cada país. Por mencionar un ejemplo, Cuba, desde hace años tiene menos presupuesto que otros países de la región, pero con una clara política deportiva que otros carecen. Por supuesto que el dinero pesa, y por eso en los últimos años los representantes de la isla caribeña tuvieron una merma de preseas debido a la crisis que acarrean. Hay países que priorizan alguna disciplina como es Jamaica con el atletismo, entre otros.


Las políticas deportivas no solo están vinculadas al alto rendimiento, este puede servir como espejo para motivar a la sociedad en general -y los jóvenes en particular- a la práctica de diferentes actividades deportivas, ya sean recreativas o competitivas. Por un lado, se ahorra dinero en salud pública, y por otro como contención social. Más allá que a mayor cantidad de niños que jueguen más posibilidades de tener un número alto de representantes, a futuro, en la élite de la disciplina que se practique.


Salud. Varios estudios concluyeron que la práctica deportiva de un pueblo hace evitar enfermedades generadas por el sedentarismo, así como posterga otras afecciones. Así concluyeron en que un peso invertido en el deporte ahorra entre 15 y 50 pesos a corto, mediano y largo plazo.


Contención social. A comienzos de la década del 90 en España había un gran flagelo que eran las adicciones, en el llamado “Destape español” tras la dictadura de Franco y el regreso a la democracia. Para frenar ese flagelo intentaron con varias campañas publicitarias, pero la curva de las adicciones seguía creciendo en los jóvenes. Pararon dicha campaña publicitaria ya que analistas entendieron que el mencionar la droga en los medios, era incentivar el consumo. Entonces concluyeron en que lo conveniente era promocionar lo más opuesto al consumo Estudios indicaron que era el deporte. No sólo aplanaron -y luego bajaron- dicha curva, sino que ahorraron en salud y hoy están en la élite deportiva mundial. Hasta los Juegos de Barcelona 1992 España tenía muy pocas medallas en su haber. Históricamente se ubicaban por debajo de la Argentina.


En nuestro país, un visionario al respecto fue Ramón Carrillo, el primer ministro de Salud de la Nación, nombrado por el presidente Juan Domingo Perón en 1946. El médico santiagueño le habló a Perón de la importancia del deporte, no sólo en lo que años más tarde concluyeran los estudios europeos de ahorro, sino que fue el impulsor de los Juegos Evita, sugiriendo que si lo jugaban todos los niños del país, se podía estudiar el estado de salud de los jóvenes argentinos al reunirlos en un torneo deportivo y conocer así dónde se estaba parado y los pasos a seguir. Coincide, con esa difusión del deporte por parte del gobierno nacional, que en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 Argentina quedó en el puesto 19 (entre 70 participantes). Nuestro país ya había tenido destacadas actuaciones en los juegos de París 1924, Amsterdam ´28, Los Angeles ´32, Berlín ´36 y Londres ´48. En ese entonces Argentina tenía claras políticas deportivas, luego llegó la dictadura militar y, además de destruir la política deportiva, destrató a los propios atletas al punto de llegar a prohibir a algunos de ellos por el mero hecho de haber recibido las felicitaciones de Perón.


La historia continuó, los gobiernos neoliberales (dictaduras cívico-militares o elegidos por el voto) desinvirtieron en deporte. Primó la “meritocracia”, si los deportistas conseguían financiarse mediante patrocinios privados se mantenían, de lo contrario se la tendrían que rebuscar para continuar compitiendo. Ello excluía a muchos talentosos atletas. En el último gobierno neoliberal presidido por Macri al bajar de Secretaría de Deporte a Agencia, reduciendo el presupuesto y quitándole el aporte al ENARD, los funcionarios de ese entonces decían que el deporte debía ser solventado por capitales privados por eso era la decisión. Mientras, trataban de vender los terrenos del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CenARD) para desarrollos inmobiliarios. Mientras los clubes de barrio entraban en crisis por los grandes aumentos de los servicios, la falta de apoyo estatal. En muchos casos, se preparaban los capitales privados para adquirir los terrenos de esas entidades y hacer emprendimientos inmobiliarios. Al estilo de la película “Luna de Avellaneda”.


La contracara es la historia de Brian Toledo, un chico que nació en un barrio humilde de Marcos Paz, desde muy pequeño hacía sacrificios para poder entrenar y estudiar, practicaba lanzamiento de jabalina y su entrenador lo pasaba a buscar a las 4 de la mañana. Sus amigos lo “cargaban” por la actividad que practicaba. En 2009, en el Mundial de menores de la IAAF de Italia consiguió el tercer puesto. Obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud. En 2011 obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. En 2012, ganó la medalla de oro en el Campeonato Iberoamericano de Atletismo y la medalla de plata en el Campeonato Mundial Junior de Barcelona. En los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 quedó en el puesto 10. Además de haber conquistado esos logros, obtuvo el respeto y el gran apoyo de sus amigos del barrio, sino que emprendió en su Marcos Paz natal una escuela de atletismo para que los chicos entrenen y así contenerlos desde el deporte. Lamentablemente un accidente en febrero del 2020 lo dejó sin vida cuando todas las expectativas de Brian estaban puestas en Tokio.


A la hora de definir una política deportiva es indispensable la promoción y difusión. Por un lado, proteger y ayudar a los clubes en general y a los de barrio en particular que es la base de nuestro deporte y la contención social. Por otro, es necesario mostrar las diversas disciplinas, por sobre todo en el mediano y alto rendimiento. En nuestro país, poco se emite por TV de los distintos deportes (fuera de los Juegos Olímpicos a excepción de fútbol y algo de tenis, rugby y básquet o automovilismo. Poco o nada se muestran de aquellos a los que cada cuatro años el público les exige medallas. Los medios, en definitiva, imponen los referentes de cada sociedad.


Hasta estos últimos Juegos de Tokyo 2020, la Argentina estaba ubicada en el medallero histórico de los Juegos Olímpicos en el puesto 34. Hasta mediados del siglo pasado la Argentina se destacaba. A partir de los Juegos de Roma 1960 con la sucesión de gobiernos militares y con políticas neoliberales, que fueron dándoles la espalda a las políticas sociales y por ende al deporte, nuestro país no pudo volver a lograr puestos destacados como entonces. Este año la Argentina quedó en la posición 72. A continuación la clasificación de nuestra representación olímpica en los juegos de las últimas décadas, comparado con el último mejor rendimiento.


Medallero Helsinki 1952:

Ubicación: 19

Medallas: oro: 1 Plata: 2 Bronce: 2 Total: 5


Medallero histórico:

Ubicación: 34

Medallas: oro: 21 Plata: 25 Bronce: 28 Total: 74


Ultimas décadas:


Barcelona 1992

Ubicación: 55

Medallas: oro: 0 Plata: 0 Bronce: 1 Total: 1


Atlanta 1996

Ubicación: 54

Medallas: oro: 0 Plata: 2 Bronce: 1 Total: 3


Sydney 2000

Ubicación: 57

Medallas: oro: 0 Plata: 2 Bronce: 2 Total: 4


Atenas 2004

Ubicación: 38

Medallas: oro: 2 Plata: 0 Bronce: 4 Total: 6


Beijing 2008

Ubicación: 35

Medallas: oro: 2 Plata: 0 Bronce: 4 Total: 6


Londres 2012

Ubicación: 42

Medallas: oro: 1 Plata: 1 Bronce: 2 Total: 4


Río 2016

Ubicación: 27

Medallas: oro: 3 Plata: 1 Bronce: 0 Total: 4


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