Gorilas, no son las empanadas, es el bolsillo que no llega a fin de mes

Luego que el acto manifestara su preocupación por la situación de la inmensa mayoría de la población

A partir de que el actor Ricardo Darín, con muy buen criterio y sin agravio, sólo sutileza y sensibilidad social, manifestara lo caro que resulta comer en el país, el gobierno utilizó el tema para desviar el verdadero debate: millones de personas no comen tres platos diarios, no llegan a fin de mes.

Advertidos de la sutileza y lo profundo que había calado en la población la preocupación del actor, al mostrarse asombrado por lo caro que resulta la docena de empanadas, el gobierno, y en particular el ministro de economía, Luis Caputo, salió a responder. Para esto motorizó al equipo de troles rentados que operan para el gobierno y medios de prensa ensobrados con dinero, tal vez, de la SIDE.

Queda claro que Darín no hablaba desde su bolsillo. Seguramente, al actor le sobran dólares, legalmente obtenidos, para comprar una casa de empanadas. No una docena. Es un problema cultural, humano: los gorilas no tienen sensibilidad. La gente de bien, la que labura y mira al costado, al prójimo, aún teniendo su vida resuelta, se preocupa y ocupa por el que se cae.

El impacto de los dichos de Darín fue muy fuerte. Puso al descubierto una realidad que es irrefutable: que los trabajadores, con sus salarios no llegan a fin de mes. No por casualidad, más del 46% de las compras que se realizan con tarjetas en supermercados, tienen morosidad. Otro dato oficial es que los argentinos no tienen capacidad de ahorro, no tienen plata. Sólo el 24% de la población logra ahorrar. En Venezuela el 44%, en Chile 55%, en México 56%.El consumo en supermercados no logra levantar. El no hay plata también se siente en este rubro.

El promedio salarial en Argentina (más del 60% de los trabajadores registrados) no supera los 700.000 pesos. Mientras que los haberes jubilatorios, de más del 50% de los beneficiarios,  rondan los 300.000 pesos mensuales.

Es decir, no son las empanadas. El punto central es que el salario no es parte de una justa y equitativa distribución de la riqueza, en un país donde la fuga de dinero es escandalosa. Tan escandalosa como el dinero que tiene depositado en guaridas fiscales el ministro Caputo y tantos otros más del gobierno que intentan succionar los dólares que la gente tiene guardados en el colchón. Una clara muestra de que el gobierno no logra levantar le economía.