Argentina ingresa en la guerra de Ucrania-Rusia; ¿regresa el servicio militar, la “colimba”?
Por decisión del presidente, el país se suma al Grupo de Contacto que reúne a 57 países que dan apoyo militar al ejército ucraniano.
En el afán de disciplinarse bajo la órbita de los EE.UU de manera sumisa y sin condicionamiento soberano de por medio, por caso, que acompañe de manera explícita y concreta la recuperación de Malvinas, el gobierno del intolerante y autoritario presidente Milei acaba de involucrar al país en la guerra entablada entre Rusia y Ucrania.
Una guerra que los EE.UU, a partir de la necesidad de hegemonizar y disputar poder mundial con China, alimenta el conflicto entre Ucrania y Rusia involucrando a Europa, vía OTAN. Lo hace enviando armamento e incautando fondos rusos. Dentro de este complejo marco bélico, el cual no pocos analistas y presidentes, y el propio Papa, consideran puede ser el inicio de una tercera guerra mundial, allí donde la humanidad recuerda dos terribles guerras, por decisión de Javier Milei y el Ministro de Defensa, el radical Luis Petri, el país adhirió al Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania.
Según explica Nicolás Lantos en el portal El Destape, el Grupo de Contacto, o Grupo Ramstein, con una sola m, por el nombre de la base de la OTAN en Alemania donde tiene lugar la mayoría de las reuniones, agrupa a 57 países que dan apoyo al ejército ucraniano. Sus miembros son principalmente miembros o socios de la OTAN.
Producto del fundamentalismo ideológico del “El Loco”, Argentina se convierte en el primer país de América Latina en incorporarse. Además, prometió apoyo logístico en un conflicto bélico de temeroso final que poco y nada tiene que ver con el sentimiento nacional. Sin embargo, Petri aseguró que “Argentina sigue trabajando por la paz y la estabilidad internacional, coordinando aportes en el campo de la ayuda humanitaria y defendiendo el principio central de la integridad territorial”.
EE.UU aun hoy día paga -su población- alentar e involucrarse en guerras ajenas. Si bien Vietnam fue lo más emblemático en cuanto a muerte de soldados en combate y los estragos que produjo en la población la violencia vivida en tierras ajenas, no menos dañino resultó cuando en tiempos más cercanos envió a sus soldados a pelear en Medio Oriente.
En Argentina todavía persiste el dolor que produjo la dictadura cívico-militar al intentar recuperar las islas robadas por Gran Bretaña: Malvinas. No conforme con esta realidad, el gobierno de Milei, además de considerar a Margaret Thatcher como una gran líder mundial y ningunear cuestiones de soberanía nacional, patria, república, palabras que nunca aparecen en sus discursos y actos de gobierno, ahora se juega por la paz alimentando la guerra.
Si esto es insólito, más delicado resulta saber que en fuentes oficiales especulan con el regreso del servicio militar, “la colimba”. Lo que implicaría, de concretarse, enviar a miles de jóvenes a un conflicto ajeno a los intereses nacionales. Por lo pronto, el malestar en las Fuerzas Armadas con el Ministro Petri trasciende los muros del ministerio. Cuestiones salariales, de respeto jerárquico y la amainada compra de material de guerra ordenado por el gobierno dejó un sabor amargo en la oficialidad.
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