Ante la corrida de “los mercados”, Massa desactiva la bomba plantada por Juntos y el FMI
El Ministro avisó que utilizará reservas para frenar las presiones, aún cuando el organismo lo prohibe. Lo que está en disputa es el modelo
"No voy a dejar que me lleve puesto una corrida", advirtió Sergio Massa a autoridades del FMI mientras “los mercados” presionaban para seguir impulsando el alza del dólar y forzar una devaluación. El ministro, sin amilanarse y atendiendo la presión de estos sectores, les planteó a las autoridades del FMI que lo pactado oportunamente con el anterior ministro (Guzmán), la prohibición de usar divisas de las reservas del BCRA para intervenir sobre el mercado cambiario, quedaba sin efecto frente al imperio de la realidad. Frente a la contundente arremetida del tigrense, las autoridades del FMI asumieron que era el camino adecuado. Aún más, planteo, mediante un comunicado, que se trabajará para modificar el programa vigente.
En parte, para comprender lo que está sucediendo en referencia a la denominada corrida bancaria, que llevó a una nueva disparada del dólar, tirando todo el esfuerzo del gobierno al suelo, es no conocer el largo historial del FMI y de “los mercados”.
Un FMI que en el afán de cubrirle las espaldas al gobierno de Juntos y garantizarle un triunfo electoral en el 2019, le regaló la friolera de 47 mil millones de dólares mediante un acuerdo que “rompió normas estatutarias del organismo internacional” y resultó “ruinoso” para el país, tal cual fue definido, oportunamente, por directivos del FMI. Una verdadera bomba con mecha corta. Bomba que “los mercados”, que en realidad son un puñado de empresas y consultoras financieras, nacionales e internacionales, activan ante el menor atisbo de debilidad política.
En realidad, lo que subyace en el fondo, es la disputa de dos modelos polítiocos. Aquel que reivindica el libre mercado, la especulación financiera, el modelo neoliberal, y el que transirta el gobierno del Frente de Todos que apuesta a la industria nacional,a la consolidación del desarrollo cintífico y tecnológico nacional, controal de las importaciones, y ponderar el ingreso salarial.
Por eso, la jugada que ayer puso en marcha Massa asegurando que “utilizará todas las herramientas que le otorga el Estado”, intentará desactivar la bomba plantada por el FMI y el gobierno de Juntos. Desactivarla, es la madre de todas las batallas.
Cierto es que el gobierno del Frente de Todos no siempre estuvo a la altura de las circunstancias para acelerar dicha desactivación. Especialmente cuando los dólares ingresaban a granel y los saldos exportables engrosaban las arcas del Banco Central. Esto es lo que sucedía en 2020/21, momento en que la vicepresidenta denunciaba “festival de importaciones”, dando cuenta de que esos “verdes” no quedan en el país. Muy por el contrario, se iban, legal e ilegalmente.
Llorar sobre la leche derramada, de poco y nada sirve, salvo para sacar experiencia. Lo objetivo es a qué está dispuesto el gobierno del Frente de Todos para salir de la encerrona orquestada por el FMI y el gobierno de Juntos, y corregir errores propios, por cierto. Ayer, Massa tiró un indicio de que el límite llegó a un punto de inflexión. La pulseada no es sencilla, menos aún cuando desde el terreno político no siempre se ve reacciones de la estructura que da vida a lFrente de Todos, Dónde se ubican los gremios, las corrientes políticas a la hora de ganar las calles y poner, minimamente, un grado de fortaleza a lo que viene desplegando el gobierno.
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