Acoso sexual y abuso laboral en el municipio de San Isidro
La víctima trabajaba en Servicio Urbanos, no le renovaron el contrato
Por: Tano Armaleo.- Una terrible situación de abuso sexual y acoso laboral, acaba de ser denunciado en San Isidro luego de que una empelada municipal -“G”, 27 años y madre de dos hijos- sufriera la arrogancia de Walter Mansilla, supervisor de capataces en el área de Espacio Público donde se desempeñaba la víctima. La complejidad generada por Mansilla impulsó a que “G” llevara la situación a los tribunales locales. Interiorizada de la situación, el Sindicato de Trabajadores Municipales de San Isidro, que conduce Omar Arce, le dio cobertura y contención. Si bien el funcionario fue corrido del sector, el municipio no activo el protocolo que este tipo de casos impone. Así fue denunciado, ayer, durante una conferencia de prensa donde la víctima recibió todo el respaldo del sindicato, de colectivos feministas, CGT y de bloques ligados a la oposición. Mientras Mansilla continúa prestando labores, la víctima fue desplazada del municipio. De la conferencia participaron Mujeres Sindicalistas Zona Norte, Frente de Mujeres del Movimiento Evita, Movimiento Disidente Zona Norte y Espacio de Géneros de Nuevo Encuentro, entre otras organizaciones.
Frente a tamaña realidad, la afectada decidió hacer pública la situación. “Instamos a las autoridades a rever su postura garantizando la reinstalación en su puesto a la trabajadora afectada y la separación inmediata de su cargo a Walter Mansilla (el supervisor denunciado)”, reza el comunicado generado por diversas organizaciones locales que ayer acompañaron la denuncia de la joven en una conferencia de prensa.
En marzo de 2018, “G”, luego de trabajar 3 meses como barrendera en la localidad de San Isidro, el municipio le informó su traslado a Béccar, donde conoció a Walter Mansilla, supervisor de capataces en el área de Espacio Público. “Desde ese momento, el acoso empezó a ser parte de mi vida cotidiana. Empezaron siendo pequeñas cosas como seguirme, decirme cosas atrevidas, mandar al resto de los compañeros a la calle para que yo me quede sola con él en la base, decirle a todos que quería ser mi amante”, relató la víctima.
“Como los contratos eran de 3 meses, cuando se estaban por terminar me encerraba en su oficina y me decía que me iban a dar la baja, que eso era muy grave porque yo tenía dos hijos que mantener, y que él me ofrecía hacerme el favor de salvarme si yo le hacía el favor de tener sexo con él. Esto también lo hacía con otras chicas”, aseguró la denunciante ante la prensa.
En noviembre, cuando su contrato estaba cerca de vencer nuevamente, Mansilla la llamó a su oficina. “Me dijo que me habían dado de baja el contrato pero que él me podía salvar. Esa vez, a diferencia de las anteriores, se me tiró encima, me tocó mis partes íntimas y me quiso besar. Quiso abusar de mí. No sé cómo hice pero llegué a zafarme y a abrir la puerta. Salí corriendo y atrás mío salió él gritando que me iba a ir a buscar”, expresó ante el diario Página 12.
Lo relatado por la empleada municipal no difiere de aquello que le sucediera a “D”, también empleada municipal, solo que en este caso de Vicente López-ver nota completa:Denuncia acoso sexual en la Dirección de Tránsito de VIcente López–el municipio activo el protocolo correspondiente. Tanto la denuncia de “G” como la “D” no hace más que revelar patrones de conductas de individuos que, escudados detrás de una mísera cuota de poder, creen ser amos y señor de la vida ajena. Por eso, la importancia de visibilizar este tipo de violencia, y sobre todo que los funcionarios responsables actúen con la celeridad del caso frente a estos hechos.