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Denuncian acoso en la Dirección de Tránsito de Vicente López


Aplicando los protocolos del caso, el municipio decreto el desplazamiento de los involucrados e instruyó un sumario. Mientras tanto, el tema está judicializado

Una grave y delicada denuncia de acoso sexual (manoseo concretamente) realizó una empleada de la Dirección de Transito de Vicente López -que por razones obvias omitimos el nombre (siglas: D.N.P)- sobre su jefe directo, Gabriel Balderrama. La denuncia en cuestión fue realizada el pasado 28 de mayo en los Tribunales de San Isidro. La misma fue derivada a la Fiscalía local de Vicente López. Extrañamente, al llegar a dicho escenario la denuncia fue desestimada, supuestamente por falta de pruebas. Sin embargo, el reconocido y prestigioso abogado y periodista Andrés Bonicalzzi, especialista en violencia de género, al tomar la causa logra reinstalar la denuncia por la senda judicial.

Al decir de la denunciante y sobre la base de otros testimonios recogidos por Lo Nuestro, en la Dirección de Tránsito es manifiesta la presión y acoso laboral -en algunos casos, sexual como el mencionado- que padece el personal por parte de funcionario y directores. Es evidente que para quien preside la Dirección de Tránsito, Darío Antinioglo, no estaría al tanto de la cotidianidad de lo que en la intimidad de los despachos sucede. Tanto que nunca tomó contacto con la víctima: “nunca me llamaron, y mira que hay otras compañera que han pasado situaciones similares; hay mucho miedo”, reseña D.N.P. Paradójicamente, en Vicente López es recurrente el malestar y quejas de automovilistas y comerciantes por lo que describen como un “abusivo acoso de grúas e inspectores de tránsito” que no paran de levantar autos y labrar actas.

Con la lógica angustia, depresión y malestar que todo acoso suele generar sobre las víctimas, D.N.P, superada por la realidad y sintiéndose “sola”, sube el caso a las redes sociales. La víctima, así lo detallado ante Lo Nuestro, logra tomar contacto con el jefe comunal que inmediatamente le responde vía “guasap” asegurándole que van “actuar como corresponde”. El municipio, por protocolo, y con la celeridad que el caso ameritaba, desplaza al acosador hacia otra dependencia. Ella, inmersa en un profundo pozo depresivo, deja de concurrir a su habitual ámbito laboral.

Siempre de acuerdo con su dramático relato, lágrimas de por medio, D es contactada por la concejal Sofía Vanelli (FR). Interiorizada de los hechos, la concejal, abogada ella, decide presentar un Proyecto de Resolución (exte.Nº:0648/2019 con fecha 30/08/2019) requiriendo que el Departamento Ejecutivo responda si el acosador, B, “continúa en el puesto laboral o si ha sido transferido a otras dependencia; si ha sido despedido, o cualquier otras cosa que se haya tomado al respecto”. El agente en cuestión fue desplazado de la Dirección de Tránsito hacia otro destino. Cuestión que fue vista con buen criterio, y “ajustado disposiciones administrativas del caso”, por parte de concejales opositores.

Mientras la alquimia política presentada en el HCD procuraba avanzar, el municipio, con la firma de Jorge Macri y Sergio Szlapack, secretario de Recursos Humano, emite un decreto (5/09/2019) instruyendo un sumario administrativo sobre Gabriel Balderrama y Carlos Lencina, integrantes de la Dirección de Tránsito. El Decreto dice que el sumario se instruye a partir de que ambos trabajadores “habrían incurrido en conductas compatibles con la figura de acoso sexual, en octubre de 2018”.

El acoso en cuestión se habría producido hacia mediado de octubre de 2018 en las oficina donde opera la Dirección de Tránsito, Dorrego, 1766 de Olivos. De acuerdo con lo expuesto por la joven, al momento de ingresar a la oficina del agente Balderrama, se encontró con la luz apagada y persianas cerradas. Ingresaba, vale aclarar, para buscar un “equipo de mate solicitado por su jefe”. Con absoluta tranquilidad ingresa el despacho encontrándose con el cuadro señalado. “Entro, dejo la puerta entreabierta, no hay luz encendida, y en ese momento se me abalanza Balderrama, me abraza y me pasa sus manos por los bolsillos traseros de mi pantalón, me toca y me da un beso en la boca”, D se quiebra ante el relato. Superada y desbordada por la grave situación, empuja al agente para retirarse de la oficina.


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