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“La Bonaerense” sale con cachiporra en mano


Ante la falta de prevención y a modo de evitar el gatillo fácil

A modo de producir un claro efecto publicitario, y sin insistir en la prevención de delito y una adecuada profesionalización de la fuerza, la provincia de Buenos Aires volvió a dotar a la fuerza con las tradicionales cachiporras. Una suerte de palo o bastón de goma, que intenta “disciplinar” a delincuentes o aquellas personas que puedan generar situaciones de riesgos para la comunidad. Se trata del tonfa para defensa personal, que comenzó a ser utilizado en el siglo XVIII, en Japón, y que la fuerza de seguridad había dejado de usar hace un tiempo. La idea es que los uniformados -muchos de ellos con baja calidad profesional producto de que egresan sin una adecuada formación académica- eviten sacar la pistola; en definitiva evitar el efecto “Chocobar”: gatillo fácil

“El personal policial no tiene elementos de ataque; solo posee herramientas de trabajo para actuar en forma defensiva y preventiva. El tonfa permite al policía actuar en determinados hechos sin tener que usar un arma de fuego, cuando no lo amerita”, explicaron desde el ministro de Seguridad que comanda Cristian Ritondo.

Además del necesario entrenamiento, el Ministerio de Seguridad preparó un manual detallado del uso del tonfa, con imágenes que explican las características y dimensiones del bastón, la forma de usarlo en un enfrentamiento y cómo se lo debe portar. Ese manual fue publicado en formato digital. La información fue suministrada a los policías a través de sus casillas de correo electrónico. “Además, todos los instructores lo tienen en los centros de entrenamiento y se lo fotocopia para tenerlo a mano”, detallaron fuentes policiales


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