Nefasto fin de semana para Mauricio Macri

Entre el negacionismo y el aborto legal y gratuito

Por: Tano Armaleo.-En términos políticos, no pocos analistas lo definieron como nefasto fin de semana parea Mauricio Macri. Dos marchas populares que, cada una a su modo, coincidieron en repudiar el actual modelo que viene imponiendo el macrismo, y el gobernar desoyendo a la población.

La más contundente por masividad -se estiman que fueron no 300.000 personas-, fue la movilización que se realizó el pasado 24 sobre Plaza de Mayo. Además, en todas las provincias se produjeron actos de similares características convocadas por organismos de derechos humanos, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y partidos opositores al gobierno.

Desde el gobierno nacional prefirieron sortear la fecha generando, una vez más, un manifiesto negacionismo sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura cívico-militar instaurada aquel 24 de marzo de 1976. Sin embargo, el día anterior, la gobernadora Vidal se mostraba con Estela de Carlotto en un acto en que se ponía en marcha un sitio de la memoria en La Plata. Era evidente que le gobernadora, en cuanto puede, busca desmarcarse de su jefe político Mauricio Macri.

A modo de sostener el discurso oficial la prensa oficialista, que aglutina a los principales medios de prensa del país, minimizaba la gran movilización tildándola de kirchnerista. Sin embargo, detrás semejante movilización -no es la primera- subyace el comienzo de una construcción política por demás novedosa y llamativa: la construcción de un espacio político que aglutina al denominado campo nacional y popular.

Lo más llamativo e interesante es que, por primera vez en los últimos 70 años semejante corriente nacional se está construyendo de abajo hacia arriba. Es decir, sin un líder que la conduzca, aun cuando sí hay claros liderazgos con sello peronista. Es una corriente nacional y popular que se está levantando como la contracara de la puesta en marcha de políticas que claramente favorecen a un sector de la población. Es evidente que se está amalgamando la consolidación de un espacio que el tiempo y capacidad (y humildad) de los dirigentes -especialmente peronistas, columna vertebral de la corriente- determinara cómo desembocará.

Si dicho espacio expresa la bronca hacia el actual modelo, no menos cierto es que otros sectores sociales que hasta ayer acompañaba al gobierno, han comenzado a cuestionarlo por diferentes motivos.

Lo que sucedió ayer en Plaza Italia cuando miles de personas se movilizaron para repudiar rechazar la ley que garantiza el derecho a un aborto legal, libre y gratuito, es otra clarea muestra del fuerte malestar social sobre las medidas que impulsa el gobierno. El tratamiento del derecho a un aborto legal, libre y gratuito, fue tirado por Macri sobre la mesa a modo de contrarrestar el malestar social y desviar la atención popular frente a temas como tarifazos, inflación, y disparada del dólar.

Recogido rápidamente por un amplio sector de la oposición, el aborto legas está produciendo una fuerte grieta en la fila del macrismo. No es casual el silencio de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, al igual que el de Vidal.

Detrás de la mecha de ayer, se nota la activa militancia de la Iglesia que ha salido a cuestionar la avanzada oficial.

Al igual que muchos otros gobernantes, Mauricio Macri carga con la soberbia que genera el poder; además de la arrogancia del chico rico que nunca trabajo. Por eso tiró un tema tan sensible sobre la mesa, sin pensar el alance que tendría. Están convencido que “la gente, cuando llega el momento de votar lo hace pensando en los últimas semanas, no analiza lo que les pasó el año anterior”, argumentan en el entorno de Marcos Peña quien junto a Durán Barba manejan los discursos y mensajes del primer mandatario