Tiene razón Bullrich, es más barato pagarle a los buitres que al FMI
Es lo que se trasluce de los dicho por la dirigenta en torno al reclamo de fondos buitres por nacionalización de YPF
Foto archivo
“¡Qué caro nos cuestan los K a los argentinos! Siempre me opuse a la barbaridad de una expropiación sin cumplir con la Constitución. Ahora que la paguen de su bolsillo”, dijo la candidata a presidenta, Patricia Bullrich, en referencia al reciente fallo de la justicia de los EE.UU que intima al país a pagar entre 4.500 y 16 mil millones de dólares a fondos buitres (Burford) -el rango impuesto por la jueza (Loretta Preska) tiene que ver con una cuestión de interpretación jurídica y de intereses-. Cierto es que la hoy candidata, al momento en que el proyecto de recuperación de YPF fue presentado en el Congreso de la Nación, su bloque (Juntos por el Cambio) se opuso. No obstante, la recuperación del paquete accionario de YPF, que estaba en manos privadas, fue votada por amplia mayoría por el Congreso de la Nación.
Era una YPF controlada por capitales privados que puso a la petrolera, producto de la falta de inversiones especialmente en el área de exploración, en total estado de indefensión. YPF perdía dinero pero, sobre todo, perdía la posibilidad de ser una empresa estatal de referencia en el complejo mercado energético. YPF había dejado de incursionar en la exploración y búsqueda de nuevas fuentes energéticas generándole al país pérdidas considerables que hoy se ven claramente reflejadas en la importancia de poder contar con un recurso como Vaca Muerta, eje central para recuperar soberanía energética, especialmente a la hora de facilitar el ingresos de divisas.
Es decir, en términos económicos-financieros, la nacionalización de YPF resultó un buen negocio para los intereses estratégicos del país.
De este modo, tomando como válido el razonamiento de Bullrich, los 47 mil millones de dólares, deuda contraída por el gobierno de Juntos por el Cambio, resultó, a la luz de los acontecimientos, una pésima decisión. Ni hablar de los más de 1300 millones de dólares pagados por aquel gobierno a fondos buitres cuando había fallos internacionales que habilitaban a pagar no más de 500 millones de dólares. Lo propio sucedió cuando el gobierno de Macri entregó a los empresarios de Autopistas del Sol una grosera compensación cuando nada, desde lo jurídico, lo ameritaba.
Por lo tanto, siempre siguiendo el particular razonamiento de la candidata a presidenta, habría que solicitar que sean los y las integrantes de aquel gobierno que paguen la deuda contraída con el FMI. Y también habría que intimar a los funcionarios menemistas que, dicho sea de paso, regresaron a las arenas políticas de la mano de Javier Milei. Los menemistas fueron los que privatizaron cediendo seguridad jurídica. Traducido: que la única ley que pesaría ante incumplimientos de contratos -es lo que sucedió con YPF y Aguas Argentinas, por caso- serían los tribunales de los EE.UU o el CIADI: el lobo cuidando la gallina.
Frente a este panorama basado en la exprofesa confusión informativa, desde la provincia de Buenos Aires se emitió un comunicado que dice que “Qué casualidad. Otra vez, en plena campaña electoral, irrumpe un fallo disparatado a favor de los fondos buitres en un tribunal de Estados Unidos (cuna de fondos buitres). Esta historia ya la vivimos –y varias veces-“.
“Lo triste es que la oposición que critica la recuperación de YPF, al mismo tiempo coloca a Vaca Muerta como nuestra mayor esperanza. ¡Sean al menos un poco serios por una vez! ¡Vaca Muerta es una realidad justamente porque se recuperó YPF!”, agrega el comunicado.
“En el caso de YPF -continúa el escrito- se votó por una inmensa mayoría. Después hay que pagar la indemnización. Así se hizo y, en este caso, el expropiado (REPSOL) aceptó esa indemnización y retiró todos sus reclamos judiciales. Este juicio surge porque los fondos buitres pretenden poner al estatuto de YPF por encima de la ley y de la Constitución. El fallo es un absurdo jurídico: busca que se le pague a los fondos buitres lo mismo que se le pagó a REPSOL por las acciones expropiadas, cuando a ellos no se les expropió nada. Pero, sobre todo, es una inaceptable violación de la soberanía nacional, una burla al Congreso que aprobó la ley y a la Justicia argentina que se intenta suplantar por un tribunal de Nueva York”.
“El potencial de YPF es infinito y su valor incalculable.
Con YPF recuperamos 200 años de petróleo y gas para la Argentina. Otros ejemplos: sólo el año pasado, la empresa tuvo una ganancia de U$S 5.000 millones; las exportaciones de petróleo a Chile alcanzarán los U$S 3.000 millones; el proyecto de Gas Natural Licuado
traerá una inversión de US$ 50.000 millones y se estima una exportación de U$S 18.000 millones por año. El desarrollo de Vaca Muerta fue liderado por YPF. Entre 2013 y 2017, el 90% del petróleo y el 80% del gas lo extrajo YPF. En la actualidad, Vaca Muerta representa más del 45% de la producción de petróleo y el 40% de la producción de gas en el país. No recuperar YPF para los intereses y la soberanía del país: eso sí hubiera sido muy costoso”.
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