Persecución policial, muerte de inocente y varias preguntas
Al momento que una Patrulla Municipal perseguía a delincuentes, perdió el control y atropelló a un grupo de jóvenes, uno de ellos, Pedro Pressamento, falleció.
La crónica cruda, concreta, reflejada muy bien por medios como Prensa Chica, Infoban, Zona Norte web, Elcomercionline, Gazwetanorteweb, compromisosociaweb, por caso, dieron cuenta que el pasado viernes por la tarde noche, una camioneta de las Patrulla Municipal de Vicente López, conducida por el chófer municipal Martín Molina, detectó un vehículo Toyota Corolla gris, con patente HWQ-336, circulando por la intersección de las calles Las Heras y Bolivia. Este vehículo había sido señalado para interceptación por el sistema LPR a solicitud de la dependencia 4ta Martelli, debido a un requerimiento del Dr. Larramendi, por un ilícito ocurrido el 15 de junio pasado.
Al notar la presencia policial, el conductor del Toyota emprendió la fuga. La persecución se intensificó y, en la intersección de las calles Melo y Franklin, una camioneta de la patrulla perdió el control y colisionó contra dos personas antes de chocar contra un poste de alumbrado público. Las víctimas fueron los hermanos Juan Carlos Pressamento (23) y Pedro Pressamento (21), trasladados al Hospital Municipal con fracturas múltiples. Juan Carlos falleció, en tanto Pedro continúa en estado crítico.
En medio de esta verdadera tragedia, accidente o impericia, algunos de los delincuentes que iban a bordo del Toyota, fueron aprehendidos. Seguramente, ante tanto dolor y muerte de un inocente, esto podría ser un detalle menor.
Frente a semejante cuadro, y mientras imágenes del joven tirado en el piso, ensangrentado y en estado desesperante luego de ser atropellado por la Patrulla Municipal se iban viralizando por celular y redes sociales como si esto fuera un gran show televisivo, que nada aporta salvo morbosidad, se abría un abanico de preguntas.
Mientras la justicia deberá desentrañar las causantes por las cuales el conductor de la camioneta municipal perdió el control, surge preguntarse sobre el nivel de preparación de quienes están a bordo de semejante vehículo. Una camioneta que, por el volumen y potencia, no es sencilla de conducir en calles como las de la zona norte. ¿Hubiese perdido el control Molina si en vez de conducir terrible camioneta estaba a bordo de un automóvil?. Si bien es recurrente ver la falta de preparación en no pocos efectivos policiales, a pesar de cursar años de capacitación en la Escuela Vucetich, cabe preguntarse, con la experiencia de años en mano, si es pertinente que personal municipal, que tiene mucho menor capacitación, continúe recorriendo las calles de la manera en que lo hacen.
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