Mensaje para un león intolerante: “La única revolución es la educativa”
Así lo sostiene el dirigente sindical, Víctor Pirillo
“La educación es la verdadera revolución de los pueblos. Mientras como sociedad le sigamos dando la espalda, seguirán rechinando los grilletes que nos esclavizan y nos alejan cada vez más de alcanzar una sociedad donde reine la igualdad y el bienestar general para todos”, aseguró el Secretario Gral. del Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López, Víctor Pirillo.
El dirigente peronista no hace más que poner sobre la mesa el rol del Estado, dentro de un contexto nacional complejo y riesgoso para la población debido al modelo político llevado adelante por los hermanos Milei y sus socios de Juntos por el Cambio.
Queda en claro que el actual gobierno, además de desestimar el rol del Estado al punto de considerar que es una organización delictiva que roba cobrando impuestos y, sin embargo, ve con agrado el ingreso de dólares de dudosa procedencia, por caso narcotráfico, por eso piensa (Milei) en cambiar leyes para facilitar dichos ingresos -lo manifestó ayer ante el operador mediático Alejandro Fantino-, también desprecia a la educación pública. El presidente dice todas estas barbaridades más cercanas al desquicio que a la sensatez, frente a un sector de la población que no intenta interpelar o cuestionar lo que dice. Acepta mansamente la bajada de línea, la ideología que le impone un presidente que conversa con sus perros muertos, invoca a la fuerza del cielo y se considera portador de un mensaje profético. Tal vez, este sector de la población acepta mansamente el discurso oficial ante la imposibilidad de no tener un horizonte esperanzador que los vuelva a la etapa reflexiva y al seno de la tolerancia.
Según la mirada de Pirillo, “la sociedad siembra su esperanza en ser favorecida y con ello conserva su ilusión. Las exenciones impositivas, desgravaciones, subsidios, asistencia crediticia y las posibilidades de crecimiento verdaderas estarán vedadas para las grandes mayorías, siendo sólo las ruines y criminales corporaciones las que el poder real resuelva que deben ser asistidas y sus ganancias sacralizadas. De esta manera, millones de personas quedan libradas a su suerte, y así el slogan “el trabajo es un derecho” es reemplazado por 'el desempleo es una obligación' por parte de los gobernantes que vuelven a responsabilizar a las personas del saqueo y el quebranto al que los distintos actores políticos nos han llevado hasta el presente”.
Además, destaca que "la deficiencia del Estado populista, como así también del conservador liberal, nos ha llevado en gran parte a esta triste situación actual. En sí, podemos ver la adaptación social de un nuevo y readaptado 'apartheid' planificado para conservar el poder de la minoría elitista que no quiere perder su lugar de privilegio frente a las mayorías excluidas. Esta minoría se escuda falsamente bajo el principio del llamado 'hombre libre', pero lo real y concreto es que todos los modelos políticos conocidos hasta el presente profundizaron la miseria, instalando un nuevo y reajustado esquema de esclavitud. Este eyecta a los individuos de su dignidad y del conocimiento, encadenando los sueños, instalando la degradación mental, la miseria social, penalizando las ideas, el progreso, el bienestar, la solidaridad, la educación, fomentando la individualidad y desintegrando la familia”.
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