Máximo Kirchner tapado, o salvado, por la intolerancia de Juntos
Tras su alejamiento de la presidencia del Bloque del FdT, optó por no asistir el Congreso de la Nación a escuchar el discurso presidencial
Por: Tano Armaleo.- Si la ausencia del diputado nacional Máximo Kirchner en el Congreso de la Nación, donde el presidente Fernández secundado por la vicepresidente y titular del senado Cristina Kirchner y por Sergio Massa al frente de la Cámara de Diputados, prometía cubrir varios titulares de medios capitalinos opositores y llenar de palabras varias bocas de la derecha opositora, la virulencia e intolerancia del bloque de Juntos al levantarse de las bancas disgustado por el discurso del presidente terminó por eclipsar la situación.
Si bien nada se dijo oficialmente del motivo por el cual el ex presidente del Bloque de diputados del Frente de Todos optó por pasar el fin de semana en Santa Cruz junto a su pequeña hija, todo indica que la ausencia es parte de los diversos pliegues que tiene el espacio del cual él es parte activa con la organización La Cámpora. Pliegues que, día a día, parece ir sumando más dobleces. El más rutilante fue el pre acuerdo sobre el cual trabaja el gobierno nacional con el FMI.
Esto llevó a Máximo Kirchner a abandonar la presidencia del Bloque en el momento en que el gobierno requería disciplinar a la tropa. El legislador, argumentando cuestiones de convicciones personales que le impedirían “convencer y persuadir” a sus pares cuando ni el mismo está convencido del pre acuerdo, no llamó abiertamente a rechazar la firma con el FMI. No obstante, varios legisladores que responden al kirchnerismo anticiparon renuencia en acompañar lo requerido por el gobierno nacional.
Así como Máximo tras su partida se llamó a silencio y sólo emitió señales contundentes por dónde podría continuar construyendo con miras al 2023, su madre también se ha llamado a resguardo lo que podría ser interpretado como un guiño a la impronta del diputado nacional y conductor de La Cámpora.
En esto de emitir señales, Máximo Kirchner tuvo dos gestos muy claros. Por un lado, mostrarse en Chubut junto a Sergio Massa y el gobernador como quien ratifica que con el peronista tigrense seguirá consolidando el camino para el 2023; el otro listón lo marcó con la ausencia en el Congreso.
No son pocos los que observan que La Cámpora, donde hay muchos dirigentes que se queja por lo bajo y en algunos caso en superficie, vislumbra que la suerte del gobierno estaría echada. Consideran que el 2023 está perdido. Para este sector, el acuerdo con el FMI no haría más que complejizar el panorama social y político. Si bien son conscientes, tanto La Cámpora como otros sectores que comulgan con el denominado kirchnerismo, que es el endeudamiento generado por el gobierno de Cambiemos que dejará a millones de las actuales y futuras generación en situación de absoluta debilidad social ya que el país tendrá que pagar más allá del 2023 abultadas cifras al FMI año tras año, dicho esto sobre la base del pre acuerdo que se apresta a debatir en diputados, la organización política prefiere concentrar fuerzas en otros escenario. No por casualidad el desembarco de Máximo Kirchner en la presidencia del PJ provincial.
Y, dentro de este escenario, lo generacional juega y juega fuerte. Ahí es donde Sergio Massa y su par Máximo Kirchner tienen boletos asegurados. Lo que no implica triunfo asegurado. Este es otro cantar.
Por lo pronto, la evidente falta de verticalidad y disciplina (no obsecuencia) que tanto exigía Perón a las organizaciones a la hora de consolidar y plasmar proyectos colectivos, resultan valores relegados por estas horas. Está suerte de lanza cultural atraviesa a La Cámpora y lo propio sucede con el Movimiento Evita. Al decir de un militante y miembro del PJ de Vicente López, que preside Néstor Bachés, “sobra irrespetuosidad falta rebeldía; con un 40% de pobreza no estamos para renuncias, estamos para dar batallar y no dejar un ápice de espacio para las oligarquías; cierto, Alberto no es la revolución; el último revolucionario fue Perón, lo más cercano fueron Néstor y Cristina”.
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