La política se involucra en el nuevo desafío tecnológico: la Inteligencia Artificial
Profesionales, dirigentes políticos y académicos conformaron la “Fundación ArgenIA” con el objeto de abordar la realidad tecnológica y lo que ésta genera en la humanidad.

La IA se encuentra en ámbitos donde, hasta ayer nomás, había cientos de trabajadores.
Comprender, interpretar y actuar en función de los cambios tecnológicos que irrumpen en la vida cotidiana de la humanidad, en gran medida, permitirá no ser objeto de instrumentación ajena. Pero, sobre todo, cuando la Inteligencia Artificial ya es parte de la realidad, no alcanza con analizar los alcances de la misma. Es momento de actuar con el objeto de garantizar que el bienestar de la población no sólo sea privilegio de las clases hegemónicas. Para esto, seguramente y tal cual abonan no pocos sociólogos, filósofos y políticos, es pertinente que la comunidad se organice. Así parece entenderlo cada uno de las y los integrantes de la “Fundación ArgenIA”.
“Nos constituimos como grupo fundacional de la fundación ArgenIA, asumiendo el desafío de lograr dotarla de una auténtica pluralidad y representación multisectorial, articulando las diferentes experiencias regionales, temáticas y sectoriales, asegurando una marcada presencia juvenil y de actores vinculados a las nuevas tecnologías, al desarrollo de la IA y al ámbito académico”, argumentan desde la Fundación que integran figuras como Hugo Guerrieri (presidente), ex diputado provincial MC, ex director Banco BICE, ex Director del Sistema de Planificación Estratégica Participativa “Berazategui 2050”; Cristina Carrillo (vicepresidente), médica, Presidente del grupo Emprinet, especializado en IA; Gabriel Simiele, Director Ejecutivo Consultora Nacional de Transporte en representación de la UTN (Universidad Tecnológica Nacional); Tomás Rodríguez Martínez, Contador, Especialista en Análisis de Datos; Gabriel Kearney, dirigente de la Cooperativa de Vivienda y Trabajo Quilmes; y Agustina Dellacecca, Tesorera del grupo Emprinet., en lo que respecta a la estructura institucional.
Entre los objetivos de la fundación ArgenIA se ubica el “colaborar con el necesario surgimiento en el futuro de un nuevo ciclo en la Argentina, que parta de una integración en la diversidad generando un nuevo propósito colectivo, haciendo uso de la inteligencia artificial y de la planificación estratégica para lograr el desarrollo de toda nuestra potencialidad en un país moderno, próspero, con equidad y ascenso social”.
En un mundo globalizado y cooptado por estos tejidos tecnológicos que no siempre liberan y sirven para mejorar la calidad de vida de la población, se torna indispensable fijar parámetros claros que vayan en el sentido que muy bien plantea la Fundación. Al respecto, desde ArgenIA explican que “estamos viviendo, a nivel global, un cambio de escenario donde surgen permanentemente nuevas demandas de nuestra sociedad producto de la exponencial evolución científica y tecnológica que implica el nacimiento de la Era de la IA. Las TIC, el mundo virtual de Internet, las redes, la Nanotecnología, la Biotecnología, la Robótica Big Data y la IA son parte de un proceso que viene transformando la realidad de las sociedades y de los individuos de manera vertiginosa”.
Ser espectador, quedarse de brazos cruzados ante estos cambios sin tomar partido mientras se va “transformando la realidad de las sociedades y de los individuos de manera vertiginosa” no es muy distinto de lo que sucede con el mundo del trabajo. Aquello que los trabajadores no analizaron, no contemplaron, no debatieron con la contundencia del caso, son “los mercados” los que están fijando las nuevas pautas laborales. El avance tecnológico, así como suma también resta en materia de calidad de vida. Por lo tanto, quedarse de brazos cruzados sería como dejar a un león desquiciado y hambriento de gloria que vele por el bien común.
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