Juntos por el Cambio, víctima de su propia doctrina
El exitismos individualista y falso relato aguaron la fiesta tras los resultados del domingo
Lo que prometía ser un festejo macrista con todas las luces encendidas, tira de globos y baile desenfrenando, los resultados del domingo terminaron aguando las fiesta. En Juntos por el Cambio esperaban “matar al kirchnerismo” -como califican con intencionalidad despectiva al gobierno del Frente de Todos-, con números más alentadores de los que surgieron en las urnas.
Varios intendentes del conurbano y no pocos dirigentes de Juntos prometían un triunfo electoral en la provincia de Buenos Aires entre 7 y 9 puntos por arriba del Frente de Todos. Nada de eso sucedió. Juntos cosechó el 39,81% de votos, el Frente de Todos, 38,53, la derecha antisistema (Avanza Libertad) 7,53, y el Frente de Izquierda 6,8. Traducido en número de diputados que conquistó cada partido, que es lo que verdaderamente debe evaluarse ante cada elección legislativa, esto significó: 15 para el macrismo; 15 para el peronismo; 3 derecha antisistema y 2 para la izquierda.
Ante semejantes resultados en territorio provincial, madre de todas las batallas y con una Vidal que no rompió el 50% de los votos en CABA, la frustración, angustia y desazón se apoderó del escenario de Juntos por el Cambio.
Así fue como el escenario montado en Costa Salguero (CABA) fue la muestra elocuente, además de la crisis interna por la que atraviesa, de aquello de que esperaban “matar al kirchnerismo” quedó trunco. Si la “doctrina” de Juntos por el Cambio, basada en el falso relato, en montar escenarios endebles y presentarlos como estructuras sólidas ante un público que nada interpela, y donde las emociones pesan más que los hechos concretos y la realidad incontrastable, el domingo todo quedó opacado. Prevaleció la angustia y desorientación.
Habrá que buscar en el exitismos individualista del cual abreva la derecha, aquel que solo se pondera y rescatan logros y triunfo -resultadista al decir de los bilardistas-, cuando se sale primero. Viven como frustrantes si Argentina sale segunda en el campeonato mundial de fútbol. No reparan en analizar el proceso en su conjunto, el esfuerzo que hay detrás de semejante título. No, si no sos primero sos un fracasado. Por eso vivieron lo del domingo como un verdadero fracaso. En tren de especulaciones, tal vez lo sea con solo considerar que si el gobierno logra levantar un poco la puntería , cosa nada imposible, es muy factible que en el 2023 puedan reiterar los datos electorales del 2019.
Producto de los resultados, la interna en Juntos por el Cambio se filtraba por las pantallas de TV. Si hasta el propio Mauricio Macri fue relegado a un segundo plano y ninguneado por Vidal y Santilli. No obstante, el ex presidente insiste en su afán por seguir siendo líder del espacio, aun cuando la UCR reclama protagonismo dentro del espacio tal cual pregona Facundo Manes sin ser considerado.
De algún modo, las elecciones legislativas se parecen a las estadísticas. Depende como se las analice, los resultados pueden tener diversas lecturas. En este caso, Juntos por el Cambio terminó cayendo en el exitismo e individualidad de la cual abreva.
Para la derecha, los logros son individuales, por lo tanto, no existen logros colectivos. Y así fue que los resultados de CABA, y en particular lo de la provincia de Buenos Aires –donde JxC y el FdT tuvieron paridad de legisladores-, no le permitieron festejar, tirar globos. Quienes sí celebraron fueron los peronistas que recirieorn los resultados de las PASO. Especialmente en la provincia de Buenos Aires y en varias provincias más.
La gran capacidad de recupero que a lo largo de la historia ha demostrado el peronismo volvía a ponerse en marcha el domingo. Le dio oxigeno como para dejar atrás la pandemia -ordenar la alianza- y encaminarse a levantar un país cargado de pobreza y fuertemente endeudado con el FMI.
Por lo pronto, el presidente de la nación estará presentando un proyecto para consensuar con la oposición referida a las negociaciones con el organismo internacional. Heridos y desorientados, no pocos macristas sin conocer todavía de qué se trata el proyecto de Fernández, anticiparon que se opondrán. La estrambótica y cuestionable pretensión de tomar el gobierno, vía control de las Cámaras legislativas tal cual anticipaba María Eugenia Vidal alter ego de Larreta, luego de los resultados electorales se les escurrió de las manos como arena ceca. Lo que no implica que cesen de poner palos en la rueda ante cada iniciativa que propone el partido gobernante.
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