Insultar y maltratar a docentes no será sancionado

Si una alumna o alumno se siente afectado, por caso, por una nota, podría  cargar contra la maestra. La medida también beneficiaría a padres violentos.

El mundo cambia a ritmo vertiginoso. La revolución industrial parece haber quedado chiquita ante la aparición de los algoritmos, de internet y los benditos celulares. El mundo no es el mismo. No lo será y nadie sabe a ciencia cierta hacia dónde se encamina. Para muchos especialistas, la mayor certeza es que la condición humana, el pensamiento crítico ha sido desplazado. La individualidad y violencia en redes sociales son la manifestación más patética que la humanidad, o gran porción de ésta -para ser más justos-, fue conquistada por esos benditos algoritmos.

Respondiendo a esta realidad, en Argentina no sería sancionado el estudiante que insulte y maltrate a un docente. O a personal del establecimiento en general. La "nueva legislación" alcanzaría a todo personal estatal: policia, médicos por ejemplo.

La situación no está escrita pero figura en la agenda oficial del gobierno nacional. La nueva avanzada tecnológico-cultural, claramente naturalizada en vastos sectores de la población al extremo que gente “ilustre” y “honorable” como resultan ser empresarios, aplauden el planteo, la Secretaría de Educación estaría a pasos de darle formalidad. Por lo tanto, alumnos y padres podrán cargar contra docentes. Una baja nota, una sanción que no satisface al alumno o al padre, podrá ser motivo suficiente para putear, maltratar y tal vez, llegado el caso, agredir al docente.

La redacción de las nuevas normas se encontraría en pleno proceso de recolección de literatura y fundamentación legal. El basamento para semejante cambio en materia de conducta humana, es parte del fundamentalismo que profesa el  presidente Javier Milei. Entre los que aportarían letra para este nuevo marco de "sana convivencia" sería el diputado nacional y presidente de la Comisión de presupuesto el ultraderechista José Luis Espert. También aportaría lo suyo, el "Gordo Dan".

Soretes, hijos de puta, inmundos, enanos mentales, pelotudos, son tan sólo algunos de los términos con los que el primer mandatario se refiere a quien no piensa como él. O pretende debatir el modelo que intenta instalar. Es decir, la máxima autoridad nacional insulta, maltrata, agrede y degrada y esto es festejado y aplaudido. “El pequeño Adolfito”, parafraseando al Papa Francisco, está presente en Argentina. Y es celebrado y aplaudido por empresarios y gente que conoció de primera mano el holocausto. ¡Terrible naturalización!

Ayer nomás, nuevamente Milei, en medio de una crisis fenomenal, de baja de consumo, de despidos por doquier, de cierre de Pymes y de comercios, sin dólares que ingresen para inversiones, sólo timba financiera, a modo de tapar la realidad y naturalizar la violencia salió al ruedo con una impronta agresiva.

Fue durante una cena privada organizada en el Yacht Club de Puerto Madero. En ese ámbito, el presidente encabezó un encendido discurso donde lanzó duras acusaciones contra dirigentes opositores, a quienes calificó como “parásitos mentales”. "Soy cruel, kukas inmundos".

"Sí, soy cruel, kukas inmundos. Soy cruel con ustedes, con los gastadores, con los empleados públicos, con los estatistas, con los que le rompen el culo a los argentinos de bien", sostuvo Milei, ante el aplauso de la audiencia. Por la tarde, durante un acto partidario montado con dinero de la comunidad, insultó a Kicillof tildándolo de “pelotudo”.  

En la Argentina de los hermanos Milei, todo puede suceder. Hasta imaginar que la violencia sea llevada a las aulas por alumnos y padres que, en nombre de la libertad, todo vale. Por lo pronto, esto sucede en el Congreso. Y ante un Poder Judicial que también opera y naturaliza la violencia y autoritarismo institucional.