El peligroso juego de la rebeldía que deja una pésima enseñanza
Alentados por Mauricio Macri y Patricia Bullrich, Larreta e intendente de Juntos por el Cambio, invitan a su electorado a violar las disposiciones legales vigentes
Preocupante, desafortunado mensaje es lo que deja la rebeldía que proponen dirigentes como Mauricio Macri y Patricia Bullrich, presionando a Horacio Rodríguez Larreta, y a intendentes de Juntos por el Cambio, para que violen la ley. Una ley que surge del decreto presidencial que, ante la amenazante ola de contagios y muertes, decretó la suspensión de clases presenciales. Nada distinto a lo aplicado en otros países, por caso, Uruguay, Chile; y varios de Europa por cierto.
Corrido por las circunstancias y las presiones de la mesa de conducción política de Juntos por el Cambio, en particular la dirigencia del PRO, el jefe de la CABA, violando la ley y rompiendo todo marco de sensatez y respeto institucional, alienta a padres y docentes a continuar con la presencialidad en las aulas. Además, recurre a la justicia. Detrás de la postura de Horacio Larreta, también se encolumnaron intendentes como Jorge Macri y Gustavo Posse. Ambos presentaron recursos de amparo en los tribunales. Lo que no deja de llamar la atención ya que han sido dos jefes comunales que acompañaron, desde el inicio de la pandemia, con sus más y menos, las disposiciones sanitarias nacionales y provincailes. Sin embargo, ahora, coincidentemente con el calendario electoral, parecen tomar distancias. Aún cuando en Vicente López, al decir de su intendente, queda un puñado de camas (3) en terapia intensiva para ser ocupada..
En sus redes sociales, el ex presidente escribió:
@mauriciomacri: Los intendentes de PBA tienen la oportunidad de imponer su liderazgo para que las pocas escuelas que están abiertas continúen así. Es fundamental preservar el vínculo entre los alumnos y la escuela y no apoyar fallidas decisiones improvisadas, basadas en la intuición o el miedo.
Como se observa, la postura del ex presidente es la que prevalece en Juntos por el Cambio. Tan fuerte es la presión de Mauricio Macri y Bullrich sobre el resto de los dirigentes que, aquella postura dialoguista y sensata que mostró Larreta a lo largo de la pandemia, quedó relegada para dar paso a judicializar cuestiones de índole política.
Recurrir a la justicias desoyendo un decreto que tiene fuerza de Ley, de algún modo, es alterar el orden institucional. Y desconocer la autoridad, en este caso, presidencial. Por lo tanto, qué le queda al ciudadano de a pie, a ese chico, o estudiante sino más que observa que los que debieran ser rigurosos y férreos defensores de la leyes terminan violándola. Queda en claro que la avanzada judicial, motorizada por la oposición, tiene como objeto ampliar la grieta y consolidar a su electorado.
¿Qué sucedería si un vecino de San Isidro o Vicente López, que considera que una disposición municipal viola su “libertad”, moviliza a la sociedad y alienta el no pago de ABL, y recurre a la justicia o al escraches en la casa de los intendentes?. O peor aún. ¿Qué mensaje se le envía a los jóvenes y no tanto, cando se lo estimula a resistir a la autoridad; política, educativa o cualquiera sea esta? . Sería la anarquía, el reino de la individualidad. Sería el tiempo de “me importa un bledo” lo que diga el presidente, el gobernador o el intendente de turno. Por ende, me chupa un corno lo que me diga un docente. Y si me pone una mala nota, cargo contra ella, total mis viejos me bancan. La rebeldía individual es anarquía que impone el modelo el neoliberalismo
Una cosa es interpelar a los funcionarios, cuestionarlos, castigarlos en términos electorales, y otra muy distinta no apegarse a las leyes y normas de convivencia preestablecidas.
Si violar las disposiciones nacionales de por sí resulta un pésimo mensaje para la población, no menos grave es que no se aguarde un fallo definitivo de la justicia. Y recién ahí actuar y obrar en consecuencia.
Alentar la rebeldía, invitar a padres, docentes y alumnos a concurrir a los establecimientos mientras se busca a jueces que le la razón, es peligroso como mensaje. Y lo hacen seguramente en el convencimiento de que, en esto de agrietar a la sociedad, los resultados electorales podrían volverlos al poder formal.
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