El intendente Zamora escribe “crónica de un desgajamiento anunciado”
En el marco de las diferencias reinantes entre el denominado zamorismo y massismo, acaban de eyectar de la secretaria de viviendas municipal, a la concejal Gladys Pollán. Una foto fue el disparador que persuadió al intendente a tomar la medida. Juntos por el Cambio se refriega las manos mientras intenta ordenar la propia casa que se encuentra en llamas
Foto archivo:
Por: Tano Armaleo.- Basto una foto en redes sociales con la peronista Malena Galmarini para consumar lo que todos imaginaban: la eyección de la concejal Gladys Pollán de los despachos municipales. Una salida que también conlleva a que la concejal regrese al seno del bloque del Frente Renovador-Frente de Todos. La reacción del intendente Julio Zamora surgió el mismo día (6 de mayo) que compartía un acto, en Ensenada, acompañando al presidente , a la vice, Kicillof, a Sergio Massa, Máximo Kirchner, entre otros, y varios intendentes, donde se anunciaba la finalización de 55 mil viviendas abandonadas por el macrismo en el 2016. Según fuentes allegadas al jefe comunal, Zamora, sin aguardar la finalización emprendió el regreso hacia Tigre.
Si los rumores de una posible partida de Pollán merodeaban por el palacio municipal, la foto terminó de persuadir al intendente de renunciar a la funcionaria, y a toda su gente. Con la calentura del caso -así se desprende del testimonio de varios que estuvieron cercanos al despacho del intendente-, Zamora instruyó a los suyo para que, Decreto en mano, se eyectara a la funcionaria. El mismo “castigo” recibieron los funcionarios que responden al dirigente Carlos Arrua identificado con Sergio Berni.
La partida de Pollan no hace más que poner al descubierto una interna no saldada entre el denominado zamorismo y massismo. Tema que, a la luz de los acontecimientos, está debilitando seriamente al jefe comunal en el terreno político institucional. Pero el mayor inconveniente lo encentra en el Concejo Deliberante. Sólo cuenta, por ahora, con tres concejales de su confianza: Gisela Zamora, Javier Parbst, y Daniel Gambino. Una situación que podría derivar en situaciones extremas, como podría ser el pedido de suspensión del jefe comunal utilizando argumentos nimios que luego quedarían en la nada pero producirían un daño difícil de cuantificar para Zamora y al Frente de Todos. De estos escenarios nadie sale limpio. Más aún cuando el Bloque de Juntos por el Cambio, que tiene la presidencia tras un acuerdo con Zamora, atraviesa por una dura y conocida interna y podría alentar una comisión investigadora porque el intendente salió con si bufanda un día de mucho frió.
Si el massimo, por todo lo que representa Sergio Massa como socio activo y vital del Frente de Todos, podría definirse como el poder institucional en sí mismo, el zamorismo sería la contracara. Aun cuando en Tigre las obras nacionales y provinciales estén llegando a los barrios, estas no siempre pasan por los despachos oficiales.
Da la sensación que a Julio Zamora le estaría faltando jugar seriamente en el terreno de la política, aquella que le permita articular con el poder nacional y provincial más fuertemente. La partida de Polla es un claro síntoma de otro nuevo desgajamiento que sufre el intendente que en realidad no le cambiaría seriamente la actual estructura institucional.
En medio de este escenario, Julio Zamora recibía en su despacho al polémico Guillermo Moreno. Una foto, para muchos “innecesaria”,” inoportuna” y qué “nada suma” salvo que el jefe comunal este emprendiendo -o azuzando- la partida del Frente de Todos para consolidar un vecinalismo. De ser así, el mensaje no es muy claro hacia dónde quiere, o puede, encaminarse el intendente. Cierto es que las medias tintas, en política, no siempre contribuyen a solidificar la construcción del camino. Plantar banderas en el momento oportuno, aún cuando el capo se presente yermo, puede resultar una buena medida. Los peronistas, sobre estas cuestiones saben y muchos.
Cierto es que Zamora goza de una buena aceptación electoral. Ahora, ¿esto es significativo cómo para armar una espacio nuevo y que, en el mejor de los casos, logre un par de concejales en las legislativa que se aproximan? O deberá aplicar la “Gran Cristina” que dejando las broncas, subjetividades política y nimiedades de lado, comprendió que “todos unidos triunfaremos”. Un principio básico de la política y de otros terrenos, antes de emprender un camino escarpado, es conocer la relación de fuerza con la que se cuenta. Lo que no implica no emprenderlo, pero sí saber que esto tiene costos. Y no siempre perder significa salir del ruedo, vaya si lo sabe Lula, la propia Cristina, o Sergio Massa. Frente a estas naturales disputas, diversos espacios del peronismo de Tigre pretende que Julio Zamora regrese a la presidencia del PJ, hoy en manos de Roberto Passo, marido de Gladys Pollán, como si esto le diera vaya saber qué plafón. Daría la sensación que en la intimidad del poder municipal falta visión y planificación estratégica, en lo que a construcción política se refiere.
Por lo pronto, en horas más la eyectada Pollón estará brindando una conferencia de prensa en el desdibujado Concejo Deliberante de Tigre, donde sin lugar a dudas se referirá a su reciente jugada.
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