Cristina, la molesta, la mala, para el poder pornográfico
Mientras la vice cada vez que habla fija y marca agenda, a pesar de padecer el acoso del Poder Judicial y mediático, dirigentes y funcionarios y funcionarias que no funcionan se comen todos los elefantes que le pone la oposición
Por;: Tano Armaleo.- Dentro de esta nueva alquimia política que parece estar construyéndose en el Frente de Todos tras la recomposición dialoguista entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, coronada con la llegad de Sergio Massa al Ministerio de Economía como muestra de unidad y dando muestra de que el espacio necesitaba salir del encierro y superar la compleja situación-fundamentalmente heredara y algo de propia-, hacia abajo, en los distritos, la dirigencia y en particular aquellos rentados del poder (algunos y algunos de ellas funcionarios que no funcionan) que no saben moverse si no reciben órdenes, comenzaron a recoger el mensaje.
Esto se da mientras la embestida del Poder Judicial sobre la figura de la vicepresidente resulta grosera y pornográfica. En realidad, no es ella “la que molesta” sino el peronismo, el movimiento nacional que tanto inquieta a esos mercenarios escudados detrás de “Doña Justicia” y de una pantalla de TV. Una disputa que arranca en 1945 contra un poder oligárquico, y que continúa solo que enfrentando -el campo nacional y popular- a grandes grupos financieros, nacionales e internacionales. Aun cuando la realidad determina que estos grupos y sectores ganaron y crecieron durante el peronismo, ellos nada quieren saber con el mismo. Nada quieren saber esta casta social con todo lo que huela a populismo; así definen despectivamente a la expresión popular; al peronismo, al progresismo.
El tema de fondo es la disputa de dos modelos. Es decir, si son los mercados quienes definen el rumbo, o es la política que pone luz a los destinos del país.
Bajo esta ancha avenida, donde millones van y viene -algunos cruzan de vereda ante la menor ventisca-, la dirigencia del Frente de Todos, en cada rincón del país, ha comenzado a desempolvar el calendario electoral. La derecha (Juntos) hace rato transita esta brecha. Lo hace sin miramientos, pudor y poniendo cuanto palos en la rueda. Para esto, cuenta con la anuencia de grupos mediáticos que a base de mentiras termina fijando agenda. Logra opacar y ningunear logros objetivos del gobierno del Frente de Todos.
Es evidente que existe una dirigencia que no muestra mucha creatividad y menos aún, capacidad para fijar agenda. Bien podrían ser esos funcionarios que no funcionan. Sí encuentra, en la agresión y persecución sobre Cristina Kirchner un lógico camino de unidad como si esto fuera el gran y único logro por militar. No parece ser una dirigencia que contenga a una militancia que camina diariamente la calle y padece la cruda realidad. Remarcaciones de precios, salarios por debajo del índice de pobreza, falta de dólares en el Banco Central, pobreza extrema, por caso, mientras grupos concentrados de la economía continúan acumulando ganancias; evadiendo y eludiendo impuestos. Ganan mientras otros son empobrecidos. La distribución de la riqueza no es materia de debate. ¡Si hasta el movimiento obrero se muestra errático y confundido!.
Paralelamente, el país registra exportaciones record, envió superlativos de utilidades a casa centrales en el exterior, fuga de dólares a guaridas fiscales, generación de nuevos empleos, plan de obras públicas como hace décadas no se tenía, agroexportadoras y mineras con ganancias extraordinarias, capacidad productiva nacional cercana al 70%, crecimiento constante del PBI, por caso. Sin embargo estos datos terminan opacados por la agenda que impone la derecha con su brazo armado: el Poder Judicial, en particular, el de Comodoro Py; juzgados federales. Un ámbito verdaderamente pornográfico y cooptado por carpetazos amarillos. Da la sensación que estos proxenetas y explotadores de la conciencia social, escudados detrás de la justicia, de una banca o una pantalla de TV, logran su objetivo: que se discuta lo que ellos imponen.
Por eso Cristina termina siendo “molesta” para un sector del poder. Cada vez que habla, impone agenda. El tema es que la dirigencia, los y las funcionarias, no lograr articular y conjugar el mismo verbo. A ella no le tiembla el pulso. No teme. Es militante y así transita la vida.
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