ATE, UPCN y empresarios arruinados y enfrentados por políticas recesivas del gobierno
Despidos “selectivos” en el Estado y ventajas impositivas para grandes empresas genera un clima de inestabilidad social en el país
Por: Miguel "Tano" Armaleo.- Si algo caracteriza a la derecha gobernante es que no especula en crear un enemigo político y dividir a la oposición. Para esto, no dudan, si fuera necesario, mentir con datos estadísticos y montar falsos relatos avalados por grupos empresarios que controlan medios de comunicación. Y, si fuera necesario también, comprar voluntades, coimear, extorsionar o “ensobrar a ratas y periodistas”. Esto último es lo que sucede claramente en el país de Milei. Es lo que acaba de dejar en evidencia la votación de la denominada Ley de Bases.
Otro ítem que también revela cuan decidida y nada prejuiciosa resultan estas derechas gobernantes, se manifiesta en los miles de despidos que se están produciendo en el Estado nacional. El gobierno de Milei, y sus socios de Juntos por el Cambio, avanza no sólo porque están convencidos de lo que hacen. Avanzan con lo que se podría denominar “despidos selectivos", porque, en gran medida cuentan con el silencio cómplice de un sector del sindicalismo estatal.
Para estas derechas gobernantes todo vale, no hay límites legales institucionales y mucho menos pactos y tradiciones democráticas que sean respetados si hay que imponer una ideología, un modelo de país.
En medio de este panorama, y ante el anuncio de que el 1° de julio el gobierno nacional dejará en la calle a 5.000 empleados estatales, no deja de llamar la atención la pasividad de la dirigencia de sindicalistas como la Andrés Rodríguez, Secretario Gral. de Unión Personal Civil de la Nación, frente a las constantes movilizaciones y reclamos de la dirigencia de ATE, Asociación Trabajadores del Estado. Todo indica que, en esto de dividir para reinar, el gobierno también metió la cuchara y algo más, en el sindicalismo.
Los despedidos estatales, en su amplia mayoría, son afiliados al gremio de ATE que conduce Rodolfo Aguiar. Mientras que los de UPCN revisten en la categoría de empleados que se acogen a la jubilación anticipada; estos suman la ola de despidos. Sólo así, en este clima de dividir para reinar y todo lo reseñado en los primeros párrafos de la presente nota, se comprende que nunca se vea el rostro y presencia de la dirigencia, en este caso, de UPCN en las calles. Si bien esta actitud podría ser entendible desde un subjetivo análisis político o como parte de una particular estrategia sindical, lo cierto es que para el ciudadano de a pie, lo que logra la derecha no es ni más ni menos lo mismo que hicieron las dictaduras: quebrar el espíritu de solidaridad.
Así como en el sindicalismo se produce esta suerte de sálvese quien pueda, no muy distinto transcurre entre agrupaciones empresariales.
Producto del plan ideológico desplegado por Milei, desde la Unión Industrial, pasando por la Sociedad Rural, a la Mesa de Enlace, al igual que agrupaciones de industriales Pymes o empresarios del sector metalmecánico y metalúrgico, también se encuentran divididos por las políticas del oficialismo. A diferencia del sindicalismo, que ya no lucha por mejoras salariales sino por conservar el trabajo, aún con los magros salarios que perciben, un sector del empresariado festeja la reciente sanción de la Ley Bases. Son las grandes corporaciones que se verán seriamente beneficiadas por regímenes impositivos y el cercenamiento de derechos laborales y sociales dispuestos por la Ley Bases. Ley, vale recordar, que fue redactada en importantes estudios contables y jurídicos de estas corporaciones, nacionales e internacionales.
Sin embargo, quienes quedan fuera de esta jugada son las Pymes. Un sector productivo que nuclea a más de 500 mil empresas en todo el país y ocupa más del 70% de mano de obras con todo lo positivo que esto implica en términos de PBI.
Las distintas notas presentadas en algunos medios de comunicación, Página 2, El Destape, al igual que Tiempo Argentino, por caso, revelando las internas gremiales entre empresarios que festejan la avanzada del gobierno y aquellos que se ven perjudicados, no es muy distinto a lo que se observa en el frente sindical. El dividir, otorgar ventajas o prebendas a unos en desmedro de otros, también son actos regenteados por el gobierno nacional.
Fue el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Gerardo Weiss, quien de manera pública y frente al ministro Caputo denunció, además de los 50 mil despidos que se produjeron en estos meses en el sector, producto de la eliminación de la obra pública que estaba en marcha, la cesación de pagos por parte del gobierno nacional. Weiss aseguró que muchas de estas constructoras no sólo dejaron miles de trabajadores en la calle, fundieron y dejaron a Pymes que proveían a estas contratistas en virtual estado de quiebre.
No muy distinto es lo que sucede entre los empresarios agropecuarios, especialmente aquellos ligados a economías regionales o distantes de los grandes pools de siembra. Son empresarios, productores agropecuarios que, producto del modelo llevado adelante por el gobierno, donde la indiscriminada apertura económica las afectas al igual que al sector Pyme, los deja sin margen de rentabilidad y con escasa capacidad de reinversión.
Como se observa, el intolerante y autoritario y ahora empoderado con poderes especiales otorgados por la Ley Bases, Javier Milei, actúa y opera como brazo ejecutor de grandes corporaciones. Mientras tanto pasea -o lo mandan a pasear- por el mundo, derrochando dinero público convencido de que es el nuevo líder mundial de la derecha. En sus discursos no existen términos como desarrollo, producción, generación de empleo, soberanía, protección de la industrial local, inversión pública como dinamizadora económica, sólo registra palabras ligadas al ajuste y a cuestiones financieras.
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