EE.UU mirá Pa'Cá, Pa' Argentina
En la cuna del imperio no logran contar los votos. Los resultados se conocerían no antes del 10 de noviembre
Foto:En menos de 24 horas, el país supo quién ganó las elecciones
Es increíble pero tan cierto como irreal. En el país que se precia de ser el imperio y guardián del mundo democrático y de dar cátedra sobres sobre libertades, derechos y democracias y transparencia electoral, a más de 48 horas de finalizadas las elecciones presidenciable no logran determinar a ciencia cierta quién ganó.
Como guardián que nadie llama, los EE.UU insiste en hablar de democracia y transparencia y ahora, el mundo -engañado durante años por el falso relato mediático y cultural-, descubre que aquella democracia tiene todos los vicios de corrupción del cual el primer mundo tanto desprecia. Tan grande es el escándalo surgido de las urnas que, además de no poder dar precisiones sobre el recuento definitivo de votos lo que definiría claramente quién es el ganador, han judicializado las elecciones.
Estas cuestiones en el primer mundo no pasas. En realdiad, y parea ser sincero, sí. Especialmente cuando la derecha más furibunda no asume derrotas electorales. Trump al igual que Bolsonaro y Macri, vale recordar, comulgan que si las elecciones no le son favorables hay fraude.
Los EE.UU y los cultores que miran al norte como si allí estuviera la Meca de la pureza democrática, que despliega el voto electrónico, y tantas yerbas más en matera tecnológica para garantizas eficiencia rtapìdez y transparencia, resulta que no logra contar aún los votos. No es la primera vez que en aquel país, las trapisondas y estafas electorales estuvieron en las urnas. Si bien el sistema democrático de los EE.UU deja mucho que desear en materia de calidad lo propios sucede a la hora de contar votos. La historia los condena; G Busch llegó a la Casa Blanca de la “mano visible” del mercado.
Ante semejante panorama, Argentina se ha ofrecido explicarle cómo en un par de horas se cuentan los votos y se determina quién es el ganar en una elección. Y no hace falta vender lo del voto electrónico, boleta única, y tantas falsedades más para garantizar transparencia y eficiencia. No, simplemente tener ganas de respetar la voluntad popular.
