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El intendente Mario Ishi no es el único que da cobijo, ¿llegó la hora de sincerar?

El jefe comunal fue filmado mientras cuestionaba a empleados municipales que no "querían laburar" y les recordaba que "cuando se mandan una cagada con la falopa, bien que los tengo que cubrir".

Por. Tano Armaleo.- A modo de aplacar los múltiples procesamientos judicial que por estas horas recaen en varios ex ministros y funcionarios de Cambiemos, por caso Guillermo Dietrich a quien la justica lo acaba procesar por "administración fraudulenta” -el gobierno de Cambiemos le pagó al Grupo Macri 500 millones de dólares por Autopista del Sol cuando no correspondía-, la oposición mediática, espada privilegiada de la oposición, se rasga las prendas con los dichos del intendente de José C. Paz Mario Ishi. "Cuando se mandan una cagada, venden falopa, yo lo tengo que cubrir. No los rajé todavía, cuando me están vendiendo falopa con las ambulancias", fue lo que dijo el jefe comunal en un video -privado- que se hizo público y mereció la intervención de un fiscal.

Semejantes expresiones, que al decir del intendente fueron sacadas de contexto, oculta una realdiad que se manifiesta de manera cotidiana en la mayoría de los municipios. Algunos, de manera maliciosa, intentan comparar el caso de Ishi con el condenado intendente de la ciudad de Paraná Sergio Varisco. Condenado, cabe recordar, por tener vínculos directos con el narcotráfico.

Descubrir que la política o para ser más preciso, los funcionario cobijan en su seno a gente con problemas de adicciones, es negar una realdiad insoslayable. Salvo la hipocresía o un relato mal intencionado podría ningunear semejante situación. Ahora, de ahí a pensar que detrás de estas contrataciones subyace un entramado de complicidad con el narcotráfico o el delio, hay un largo trecho. De semejantes especulaciones, infundadas por cierto, ya se ocupó la psiquiátrica Elisa Carrió, infatigable denunciadora serial al servicio del espionaje ilegal. Todas las denuncias sobre el tema cayeron en saco roto, cuando no, tuvo que desdecirse ante los tribunales por faltar a la verdad. Pretendió ensuciar a Masa, Aníbal Fernández y Duhalde, terminó pidiendo disculpas en los Tribunales.

Así como el peronista Ishi, seguramente, tiene a más de un contratado o empleado en el municipio con serios problemas de adicciones, lo propio sucede en otros municipios. Porque en definitiva, la política es un marco de contención a la hora de atender la salud. Magro favor le haría la política, si dejaran al garete a estos pacientes que requieren de mucha contención y asistencia sanitaria. Que dicho sea de paso, el Estado, cualquiera será la instancia, nacional, provincial y municipal, no tiene capacidad para cobijarlos. Quienes padecen y conviven inmersos en estas patologías, saben que no es un simple trámite permanecer con pacientes que luchan contras adicciones, cualquiera sea esta.

Por eso, cuando resuenan caso como los de J. C. Paz se mueve nuestro archivo. Aparece la muerte del jefe de la hinchada del Club Colegiales (Vicente López), muerto tras una disputa con otro par del tablón. Luego se supo que algunos de los imputados tenían vínculo directo con el poder políticos (Cambiemos) del municipio. Era puntero del PRO. El culpable fue condenado. Así y todo, la política no le soltó la mano, le garantizó asistencia legal, se encuentra purgando la condena

Situaciones similares donde drogas y violencias se dan la mano, se vivió en los años 90 en San Fernando. Los hechos pasaron en un local, de copas y mujeres, pegado al canal San Fernando. Toda gente que luchaba y lucha contra las adicciones y que en su gran mayoría, esto es lo ponderable, logran salir del infierno y reinsertarse en la vida social. En esto es fundamental la acción de los municipios. El vecino o familiar que tiene que abordar este tipo de realidad, -imposible de cuantificar e imaginar si no se la conoce en primer plano-, recure donde más rápido podrá obtener respuesta: los municipios. Lo Nuestro, a lo largo de más de 40 años de periodismo regional fue y sigue siendo testigo del destrato que suelen tener pacientes que luchan contra adicciones y no tienen dónde tocar el timbre. Si no fuera por los municipios o Iglesias, otro sería el panorama. Más dramático aún.

Por lo tanto, sería aconsejable a dejar de blandir la espada acusatoria cuando en juego está la vida de las personas. La salud de la población se la cuida con medicación y asistencia profesional, no con balas y gorras. Habrá llegado el momento de comenzar a debatir, sin prejuicios y condicionamientos, cómo se aborda toda la realidad que gira en torno a las adicciones.

Textuales de Ishi

"O querés laburar como te digo o si no, andá a descansar, a cuidar a tu familia. ¿Qué problema tenés? Te pago el básico y listo. No te voy a sacar el sueldo. No interrumpas lo que yo estoy planificando para la crisis que viene, porque los muertos me los van a tirar a mí, no te los vas a llevar a tu casa", dice Ishii en el video. En las imágenes se ve que es de noche y que Ishii discute con un grupo de hombres que, según aseguró luego el intendente, no dejaban salir a las ambulancias. "Yo quiero laburar con los que quieran laburar y tengan ganas de laburar. Los que no quieren laburar, muchachos, tienen libertad de acción. Porque cuando se cagan de hambre, vienen a pedir laburo y yo se los doy. O se mandan una cagada, venden falopa, yo los tengo que cubrir, no los rajé todavía, cuando me están vendiendo falopa con las ambulancias", agrega, al final, el jefe comunal.

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