Kicillof arriesga y rompe tradiciones con intendentes, propios y ajenos
Es costumbre que, así como muchas leyes deben pasar el tamiz del toma y daca, la oposición reclame cargos. El "fracaso" de la Ley Impositiva desnudó la interna del Frente de Todos
Por: Tano Armaleo.- A poco de andar, el gobernador Axel Kicillof está demostrando que pretende dar una suerte giro copernicano en lo que a construcción política se refiere. Lo que para muchos analistas, y sobre todo dirigentes políticos, el tratamiento de la Ley Fiscal Impositiva fue tildado como “fracaso político” y “falta de habilidad política”, ya que no logró (Kicillof) disciplinar a toda la tropa, propia y ajena, la realidad pareciera abonar el camino elegido por el mandatario provincial. Caso contrario, no se explica cómo llegó al recinto sin contar con las manos necesarias. ¿Hubo yerros estratégicos ó verdaderamente las autoridades provinciales optaron por recrear otro camino?. Quienes también se anotaron en la grilla de pegar para cobrar, es el sector medios de comunicación, especialmente medios capitalinos.
Cuesta creer que una experimentada peronista como Teresa “la tere” García, Ministra de Gobierno, no tenía en claro cómo se iban a mover los legisladores, propios y ajenos. Y lo mismo cabe para el presidente del Bloque de Frente de Todos, Facundo Tignanelli. Una misma lectura podría recaer sobre el peronista Ricardo Otermin presidente de la Cámara Baja quien tampoco previó que aquella sesión no encontraría las manos necesarias para dar quórum. ¿Era el comienzo de una nueva manera de hacer política dejando atrás viejas práctica?, o verdaderamente el mandatario provincial no supo comprender la histórica alquimia que circula por los pasillos oficiales.
“Se acabó el toma y daca, el que está convencido que acompañe”, le tiró Kicillof a un intendente del Frente de Todos, mientras que a los de Cambiemos le sugería que “se dejen de pedir cargos a cambio de una Ley”. No es ningún secreto que la “tradición” política marca que muchas leyes logran ver la luz gracias a pasos previos consistentes en prebendas. Sean estas para sectores opositores, u oficialista. También existe “la tradición” de que la oposición suele quedarse con cargos institucionales, generalmente de segundo orden. Esto le permite seguir manteniendo la estructura política, rentada por cierto. Parte de esto vivió, en carne propia, el gobernador al momento de debutar con la Ley Impositiva. Durante el tratamiento, fue notoria la participación de intendentes de Cambiemos intentando “destrabar” la sesión. Intendentes como Néstor Grindetti (Lanús), Julio Garro (La Plata) y Jorge Macri, al igual que el radical Gustavo Posse fueron activos negociadores con el poder ejecutivo.
Cambiemos le facturó a Kicillof, entre otras cuestiones, que no le estaban “respetando” los cargos que “nos corresponde como oposición”, resumía ante Lo Nuestro un diputado provincial dela 1ª Sección Electoral estrecho colaborador de Vidal. No muy distinto sucedía con intendentes del Frente de Todos, especialmente del conurbano. Aún hoy le reprochan que “en el gabinete no estamos representados los intendentes”. Sin embargo, sí les abrió la puerta a la función pública a sectores gremiales como los que representa Roberto Baradel, SUTEBA.
El otro renglón de quejosos con el mandatario provincial es el sector mediático, la vendita corpo, aliada estratégica de Cambiemos. Medios particularmente capitalinos que ante el solo temor de tener que pasar de pagar de 1,5% de ingresos Brutos a un 3%, en lo que a cable operador se refiere, los sacó de quicio. Además, están molestos porque la provincia aún no está pautando lo que ellos exigen, en monto y regularidad.
Axel Kicillof, sabia o ingenuamente, pretende construir un camino labrado, al decir por su entorno, distinto a las viejas prácticas y tradiciones políticas. El tiempo dirá si esto es cierto o sólo es una cuestión de medir fuerzas.
